.

.
Frecuentemente, en el estudio del arte románico, solemos asociar sincretismos culturales que se mantenían en determinados puntos del mundo religioso de civilizaciones arcaicas, preferentemente orientales, con los aportes culturales sobrevenidos de los sucesivos imperios hegemónicos.
Sin embargo, poco o nada se ha dicho ni escrito, que sepamos, de los aspectos sincréticos que al Arte Románico hispano aportara una cultura tan ancestral como próxima, cual es la Vasca.
Entendemos que su abordaje ha de partir de base en la comprensión de que en la antigua religión vasca, la diosa suprema era Ama-Lur, también venerada como Maia o Mari.
Una deidad preocupada e implicada, más que nada, en regular y valorar las normas de actuar en la vida que debían ser escrupulosamente cumplidas por los hombres; una diosa que valoraba como mayor "pecado" la mentira, el robo, el orgullo, la jactancia, el incumplimiento a la palabra dada, la falta al respeto debido a las personas y a la ayuda mutua.
Una diosa que premiaba a aquellos que cumplían estas normas de conducta con la recompensa de, una vez fallecido, formar parte de la noche y tras ser guiado por la luna, recorrer un Camino o sendero que le llevaría a la gruta de Mari donde viviría con ella y con todos sus antepasados, eternamente en paz, felicidad y abundancia, pues no era sino ese el concepto que los antiguos vascos tenían del cielo.
Así regentaba Ama-Lur, la Diosa Madre-Ley.
-
.![]()
De lo anteriormente expuesto, no es arriesgado colegir la facilidad que a la corriente judeocristiana le supuso conciliar, absorber, esta deidad de los ancestros vascos, no sólo por su concepción trinitaria, sino tanto por la similitud de las normas de actuar que defendía como por obvias cuestiones de fonética.
Y así, hoy es el día en que a la Virgen Maria, en euskera se la llama Andra Mari, Señora Mari.
Traemos a continuación tres diferentes representaciones de Andra Mari:
-
,
![]()
* Nuestra Señora de Cabriaza -Salcedo (Alava)
.
Talla que parece sentada sobre rústico poyo, decorado con sendas series de tres vanos con arcos de herradura a los dos lados del mismo, entre franjas corridas de colores planos e hiladas de motivos florales, puede datarse en el s. XII, pese a que en la actualidad se presenta como fruto, al menos de dos intervenciones restauratorias.
.
El hieratismo que refleja su cara y vestimenta contrasta de forma chocante con la peculiar muestra de ternura y naturalismo entre ella y el Niño. Mientras lo sostiene con la mano izquierda, lo acaricia delicadamente con la derecha, entretanto éste, cruza las piernas y levanta el rostro hacia su madre a la vez que con su mano derecha, sostenida, bendice.
.
![]()
*Nuestra señora de la Encina, conocida, popularmente, como "La Abuela"., del convento de las Agustinas de Arceniega. Es una Virgen de tipo Andra Mari más antigua, siglo XII .
.
Reproduce el modelo conocido como "Trono de la Sabiduría", mostrándose una imagen rígidamente sentada con brazos extendidos en forzado ángulo recto y lanzados hacia el frente que, colocados a modo de brazales, conforman una verdadera "sedes sapientiae" donde acomoda en perfecto sitial al Niño que aparece tocado, en su casi totalidad, de manto con pliegues redondeados, sencillos y rústicos.
.
Tanto la corona como los añadidos de la cabeza para ampliar la caída del velo y el cabello, nos hablan de una alteración de lo original producida, probablemente, en el siglo XV en que el gusto gótico se hace internacional y que llega a afectar incluso a su policromía originaria que, sin embargo respetaría la "encarnadura" de sus mejillas. El ferviente auge que el rezo mariano obtuviera en la segunda centuria del siglo XVI debió ser, sin duda, la causa de una adaptación de su mano derecha al objeto de poder propiciar acoger, entre los dedos índice y pulgar, la cuenta del rosario.
.
.
![]()
* Procedente de la iglesia parroquial de Tuesta, se atribuye al maestro Elías.
.
Obra de 1300 en madera policromada y labrada en tronco ahuecado, representa la Virgen sedente en actitud de Reina y Madre y en la que el románico de transición, supera la rigidez de sede sapientiae para dar paso a una humanización del gótico naciente que se aprecia en sus rasgos perfectos, finas cejas y arqueadas, ojos rasgados y nariz recta con sonrisa implantada en la boca.
.
Los brazos se doblan en ángulo recto con mangas ajustadas y mientras la mano izquierda se posa en el Niño, sentado de través en la rodilla izquierda extendiendo los pies descalzos hacia el halda, la mano derecha de María alza los finos dedos como para sostener quizá una flor, hoy desaparecida.
.
.
* Con nuestro agradecimiento a Susana González del Museo de Alava.
.
. *Información complementaria:http://anderea2157.blogspot.com/2009/12/barukentzako-gabonetako-postala-la.html
Frecuentemente, en el estudio del arte románico, solemos asociar sincretismos culturales que se mantenían en determinados puntos del mundo religioso de civilizaciones arcaicas, preferentemente orientales, con los aportes culturales sobrevenidos de los sucesivos imperios hegemónicos.
Sin embargo, poco o nada se ha dicho ni escrito, que sepamos, de los aspectos sincréticos que al Arte Románico hispano aportara una cultura tan ancestral como próxima, cual es la Vasca.
Entendemos que su abordaje ha de partir de base en la comprensión de que en la antigua religión vasca, la diosa suprema era Ama-Lur, también venerada como Maia o Mari.
Una deidad preocupada e implicada, más que nada, en regular y valorar las normas de actuar en la vida que debían ser escrupulosamente cumplidas por los hombres; una diosa que valoraba como mayor "pecado" la mentira, el robo, el orgullo, la jactancia, el incumplimiento a la palabra dada, la falta al respeto debido a las personas y a la ayuda mutua.
Una diosa que premiaba a aquellos que cumplían estas normas de conducta con la recompensa de, una vez fallecido, formar parte de la noche y tras ser guiado por la luna, recorrer un Camino o sendero que le llevaría a la gruta de Mari donde viviría con ella y con todos sus antepasados, eternamente en paz, felicidad y abundancia, pues no era sino ese el concepto que los antiguos vascos tenían del cielo.
Así regentaba Ama-Lur, la Diosa Madre-Ley.
-
.

De lo anteriormente expuesto, no es arriesgado colegir la facilidad que a la corriente judeocristiana le supuso conciliar, absorber, esta deidad de los ancestros vascos, no sólo por su concepción trinitaria, sino tanto por la similitud de las normas de actuar que defendía como por obvias cuestiones de fonética.
Y así, hoy es el día en que a la Virgen Maria, en euskera se la llama Andra Mari, Señora Mari.
Traemos a continuación tres diferentes representaciones de Andra Mari:
-
,

* Nuestra Señora de Cabriaza -Salcedo (Alava)
.
Talla que parece sentada sobre rústico poyo, decorado con sendas series de tres vanos con arcos de herradura a los dos lados del mismo, entre franjas corridas de colores planos e hiladas de motivos florales, puede datarse en el s. XII, pese a que en la actualidad se presenta como fruto, al menos de dos intervenciones restauratorias.
.
El hieratismo que refleja su cara y vestimenta contrasta de forma chocante con la peculiar muestra de ternura y naturalismo entre ella y el Niño. Mientras lo sostiene con la mano izquierda, lo acaricia delicadamente con la derecha, entretanto éste, cruza las piernas y levanta el rostro hacia su madre a la vez que con su mano derecha, sostenida, bendice.
.

*Nuestra señora de la Encina, conocida, popularmente, como "La Abuela"., del convento de las Agustinas de Arceniega. Es una Virgen de tipo Andra Mari más antigua, siglo XII .
.
Reproduce el modelo conocido como "Trono de la Sabiduría", mostrándose una imagen rígidamente sentada con brazos extendidos en forzado ángulo recto y lanzados hacia el frente que, colocados a modo de brazales, conforman una verdadera "sedes sapientiae" donde acomoda en perfecto sitial al Niño que aparece tocado, en su casi totalidad, de manto con pliegues redondeados, sencillos y rústicos.
.
Tanto la corona como los añadidos de la cabeza para ampliar la caída del velo y el cabello, nos hablan de una alteración de lo original producida, probablemente, en el siglo XV en que el gusto gótico se hace internacional y que llega a afectar incluso a su policromía originaria que, sin embargo respetaría la "encarnadura" de sus mejillas. El ferviente auge que el rezo mariano obtuviera en la segunda centuria del siglo XVI debió ser, sin duda, la causa de una adaptación de su mano derecha al objeto de poder propiciar acoger, entre los dedos índice y pulgar, la cuenta del rosario.
.
.

* Procedente de la iglesia parroquial de Tuesta, se atribuye al maestro Elías.
.
Obra de 1300 en madera policromada y labrada en tronco ahuecado, representa la Virgen sedente en actitud de Reina y Madre y en la que el románico de transición, supera la rigidez de sede sapientiae para dar paso a una humanización del gótico naciente que se aprecia en sus rasgos perfectos, finas cejas y arqueadas, ojos rasgados y nariz recta con sonrisa implantada en la boca.
.
Los brazos se doblan en ángulo recto con mangas ajustadas y mientras la mano izquierda se posa en el Niño, sentado de través en la rodilla izquierda extendiendo los pies descalzos hacia el halda, la mano derecha de María alza los finos dedos como para sostener quizá una flor, hoy desaparecida.
.
.

.
. *Información complementaria:http://anderea2157.blogspot.com/2009/12/barukentzako-gabonetako-postala-la.html
.
.