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Channel: Salud y Románico
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GEMINIS, GEMINIS.

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geminis

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“Avanzada la noche, Leda, hija del rey de Etolia, dormía como una reina muerta. Súbitamente, unas batientes alas vinieron a verter sobre ella perfume de ambrosia. Despertó sobresaltada, y vio bajo su lecho un cisne resplandeciente. El blanco plumaje del pájaro brillaba como el alba, y el largo cuello acariciaba su rostro.


-MUJER -le dijo el cisne-, NO TEMAS. Soy el dios de la luz y quiero que seas la ilustre madre de dos hijos iguales. Vivirán como viven el sol y la luna, cediéndose mutuamente el sitio. Se llamarán Cástor y Pólux, vendrán a ser dioses y su benevolencia endulzará la pena de la muerte.

Nueve meses después, Leda puso un huevo milagroso en la espesura de un bosque. De él salieron dos niños enteramente iguales. Desde su nacimiento, la misma estrella brilló sobre sus cabezas, y más tarde cabalgaron ambos sobre el mismo corcel y sus manos blandieron la misma lanza”.(1)


Los Dióscuros. S.I aC.
 
Dentro de las diversas variaciones que relatan el nacimiento mítico de los celebres gemelos, esta breve sinopsis podría servir para condensar el punto de partida de un arquetipo, cuya artística representación, se ha ido repitiendo a lo largo de los siglos:la que insiste en la controvertida estructura dual del hombre.

La evocación de esta aferrada idea, nos ha llegado desde sus orígenes bajo la apariencia figurativa de dos seres iguales, los dióscuros, cuya ambivalente imagen condensa perfectamente el paradójico concepto de la "igualdad diferente" de lo mismo. Ellos dieron lugar a la constelación de Géminis y, con ello, al signo zodiacal del mismo nombre.
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Dióscuros s. II aC.                   Géminis s.XII


A pesar de que hoy en día, el auge popular de esa imagen resida en el horóscopo y su vaticinio, hubo tiempos en que su aparición era producto de un saber y un desear, la necesidad de indicar la existencia de un elevado conocimiento ideológico.

La imagen de dos jóvenes muchachos, exactamente iguales y de semblante cordial, fue adoptada como insignia del mito y de su concepto. Siempre juntos, podían figurarlos sentados o de pie, separados o bien en emblemática y fraternal unión.

 



GEMINIS S. XII

Esta última actitud, con los hermanos agarrados entre sí, nos puede, rápidamente, evocar la típica pose que hacen suya los participantes del tradicional deporte de la lucha de agarre, juego que, en la edad media, era altamente practicado y muy aplaudido en fiestas y conmemoraciones populares.
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Foto: Ray
 
Quizás por ello, a muchos de los géminis románicos de nuestros templos, se les ha negado una calificación que les es propia, asimilando su posición a la de los tradicionales luchadores, tomándolos por ellos y obviando su existencia.



En los festivales de la Antigua Grecia,
la lucha estaba reconocida como un deporte mayor, y
como una excelente forma para desarrollar las destrezas físicas y mentales

Teniendo en cuenta que los Dióscuros presidían los Juegosespartanos y eran famosos tanto por su habilidad con los caballos como por su destreza en la lucha cuerpo a cuerpo, es inherente pensar que su estereotipo, se hubiera perpetuado en el medievo a través de nuestros géminis, haciendo su imagen presencia, en celebraciones y Juego, tal como les correspondía antaño.

Y qué mejor forma de honorar ese recuerdo que hacer patente, con esa postura corporal, la condición que presiden?




Aunque, por lo que se muestra en la cantidad de mitos donde los gemelos participan, no tan sólo eranaapreciados como campeones, sino como COMPAÑEROS.

La relación de los dos hermanos era ejemplar. Siempre juntos y unidos, es el símbolo del más puro y profundo amor fraternal.

La carga conceptual del mito se extiende por asimilación a las diferentes percepciones de su uso, y, si en el folclórico mundo del torneo, la esencia de géminis-dióscuros apadrinaba la lucha festiva, también dicha esencia apadrinaba, en el reservado mundo de los masones, la hermandad entre compañeros.




Una postura corporal, similar a la anteriormente descrita, también la encontramos en el románico, expresada como liturgia iniciática de los gremios de los constructores. Prueba de ello, nos lo ha dejado patente, el ingenio de los mismos canteros.



El combate simbólico del aspirante y el fraternal abrazo de su ingreso en la cofradía, forman parte de un ritual que, con pequeñas variaciones, aparece perfectamente testimoniado en algunos de los libros que hablan sobre dichos estatutos medievales (2)(3).

Transcribimos a continuación alguno de esos ejemplos:

*“El iniciado es elevado hacia lo que se conoce como los cinco puntos de comunión... que son pie contra pie, rodilla contra rodilla, pecho contra pecho, mejilla contra mejilla y mano en la espalda, cinco puntos que aluden a los cinco principales signos que son la cabeza, el pie, el torso, la mano y el corazón, así como a los cinco puntos de la arquitectura y a los cinco órdenes de la Masonería.”

*“¿Cuántos puntos propios hay? –Cinco: pie contra pie, rodilla contra rodilla, mano contra mano, corazón contra corazón y oreja contra oreja.”

“Los cinco puntos de comunión se establecen colocando la parte anterior del pie derecho en la interior del pie del Señor, la parte interior de tu rodilla en la parte interior de la de él, poniendo tu pecho junto al de él, la mano izquierda en la espalda del otro”



Los cinco puntos de comunión:
pie contra pie, rodilla contra rodilla, pecho contra pecho,
 mejilla contra mejilla y mano en la espalda

La descripción, en dichos textos, de los ceremoniales masónicos son demasiado coincidentes con algunos relieves románicos para no establecer una relación entre ellos, su sincronía es demasiado evidente para obviar que "hablan" un mismo lenguaje:



Según dichos textos, uno de los primeros actos que el aspirante debe
realizar en su ceremonia de iniciación, es descalzarse de un pie.
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...pie contra pie, rodilla contra rodilla,
mano contra mano, oreja contra oreja...
 
Así que, ya sea entre los integrantes de reducidas agrupaciones gremiales como en la de los miembros de la alta jerarquía, el "abrazo-géminis" es una declaración manifiesta donde se profesa fraternidad y ayuda mútua. El símbolo de un compromiso entre iguales. 


Abrazo entre los Augustos. s.III
Diocleciano nombró a Maximiliano coemperador en 285,
otorgándole el título de Augusto de Occidente
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Así vemos que, de una forma u otra, la influencia del mito de los gemelos estaba siempre presente en la vida de los gremios medievales, corporaciones que, por otro lado, solían honrar con fiestas solemnes a quienes ellos consideraban sus protectores.

Pero también la advocación a los héroes paganos Cástor y Polúx fue reconvertida por la pauta ideológica de la época y el momento. Así, la logia de los constructores buscaron otro par de simbólicos "gemelos" a quienes trasladar el padrinazgo: "los dos Juanes", a quienes los masones llamaban San Juan de Verano y San Juan de Invierno y que, cuyas fiestas, coincidían con los dos solsticios. Tal vez para cumplir así el cometido pronosticado en el mito para los gemelos zodiacales que,"vivirían como el sol y la luna, cediéndose mutuamente el sitio".



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Dedicado a los preciados herederos del
Imperio de Románico Catalán, Agnès y Martí,
nuestros "sobrinitos románicos":
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Salud y románico





(1) “La leyenda dorada de los dioses" (MarioMeunier)
(3) "La puerta-Muerte y Resurrección" Arola Edición

Románico ceremonial, el rito oculto

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Ceremonia: Acto solemne que se lleva a cabo según unos ritos establecidos.
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La intención del presente artículo es ahondar en ciertas iconografías románicas englobadas en la esfera de lo ceremonioso que han sido elaboradas en su momento como testimonio de posibles disciplinas, creencias y ritos que, debido al alto valor de experiencia espiritual que representan, podrían haberse dado lugar entre los muros de los templos de forma oculta y paralela a las enseñanzas comúnmente establecidas para el “pueblo”.
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El abrazo ritual(1):

En la monarquía faraónica, la ceremonia de coronación del rey culminaba con el abrazo entre “Padre e Hijo”.
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De hecho, el abrazo ritual era un signo de reconocimiento ya que, al abrazarse, el nuevo rey era reconocido por su predecesor, el viejo rey, como su Hijo, mientras que al mismo tiempo, él lo reconocía como su Padre. (A. Rusch, ZA, 60:32f).
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La clave de la realeza es la legitimación, y este fue el acto por el cual se estableció la monarquía que se trasmite de una generación a otra, de un Osiris a Horus (Frankfort, Bibl. Or., X, 1953, p. 160).

Sin embargo, antes de conseguir ser rey, primero debía convertirse en sacerdote, y para ello tenía que ser purificado con agua divina, obtener la prenda de vestir, la corona, y luego dirigirse al santuario para recibir el abrazo del dios, el jefe del templo.(Royauté, pp 218-21).




El abrazo es reconocido por la postura inusual, y la proximidad del dios con el faraón. Los pies de cada participante se suelen tocar el uno al otro, mientras que las dos manos del dios están tocando o abrazando la espalda o la cabeza del faraón. Las caras, muy juntas, con una igualdad implícita como dios y hombre, son ahora un pie al otro, cara a cara y boca a boca.

El abrazo ceremonial es la consagración definitiva del nuevo rey,que solamente en ese momento queda totalmente coronado, entronizado y sacralizado(Royauté, pp 100ff; Culte, p 100., n.4).

Uno de los episodios más misteriosos de la Biblia siempre ha sido la historia de la lucha que mantuvo Jacob con el Señor. (Gen.32:34)

Teniéndo en cuenta que la palabra que convencionalmente ha sido traducida por "luchó"(yeaveq) significa a la vez "abrazar",el paralelo con el abrazo de coronación egipcio se vuelve evidente y fue, en este abrazo ritual, que Jacob recibió un nombre nuevo y el otorgamiento de poder sacerdotal y real al amanecer (2) (3)

 Jacob y el ángel



La iconografía presenta a Jacob luchando por su bendición en el mismo lugar que años antes tuvo la extraña visión de la escalera, por donde los ángeles subían y bajaban y donde, desde lo alto, Jehová le prometia toda clase de dichas.

Esta vez, en la lucha mística que mantiene hasta despuntar el alba, Jacob es tocado y herido en el muslo por el “ángel”, que le da su bendición (sacralización), junto a un nuevo nombre.

La imposición de la mano de su "contrincante" en el muslo formaliza el recíproco juramento de fidelidad con la divinidad invocada.



Juramento(3)

El uso del juramento como invocación de realidades sagradas en apoyo de las propias promesas ha sido utilizado en muchas civilizaciones.

Leyes y documentos mesopotámicos indican que el juramento se prestaba tanto en actos publicos como en actos privados. A los oficiales de la realeza se les exigía un juramento de fidelidad y en los procesos judiciales se exigía el juramento no sólo a los testigos, sino también a las partes en causa.

La concepción bíblica refleja este uso mesopotámico del juramento.
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El muslo es poder, puesto que en las Sagradas Escrituras equivale al carácter sexual-sagrado de la fuente de vida, donde el gesto solemne de poner la mano bajo el muslo de aquel a quien se le hacía un juramento, era una promesa de lealtad a los deseos del que tomaba el juramento, tan segura, como la vida de la persona que lo prestaba y, en caso de muerte, de la de sus descendientes. (Gn 24,2.9; 47,29)



Juramento con la mano en alto o hacia el pecho.
Apelación al Dios que habita en el cielo.

Juramento con la mano en el muslo.
Invoca al poder sagrado del origen de la vida.




"...y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba."

La lesión física producida por esa lucha acompañará a Jacob durante toda su vida. La cojera es uno de los signos clásicos de iniciación, reminiscencia de mitologías coincidentes en el héroe cojo, partícularidad, que en el Siglo de Oro, se vinculaba a la primacía(4) (Menéndez Pelayo. Historia de los Heterodoxos, pag.382ss.)
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Reafirmando nuestro anterior trabajo sobre la representación de rituales masónicos en el románico (5), creemos que es muy probable que la escena del abrazo ritual, con sus posibles variantes, pueda formar parte de ceremoniales que han sido escenificados en algunos elementos ornamentales de los templos, ya sea para enseñanza, ejemplo o como testimonio de ritos reservados a ciertas hermandades.
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Asi pues, el abrazo ritual no era mero signo de afecto, sino una verdadera fusión, una comunión entre dos espíritus vivientes, una “unión mistica".
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El beso
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Tapíz alemán del s.XII. La unión de los dos poderes.
Iglesia y Estado son representados por las dos mujeres.





Por otro lado, todos sabemos que la escena de la Visitación de María a su prima Isabel, siempre ha sido un emblema de reconocimiento mutuo.




Aquí, las imágenes son perturbadoramente intercambiables, la similitud con el abrazo ritual egipcio donde el viejo rey/dios da paso al nuevo, nos instiga a meditar sobre la simbología de unas mujeres cuya dinastia se regía por la de la Ley del vientre.

Curiosamente, el apócrifo de Juan, recientemente descubierto, asegura que Jesús y Juan el Bautista al reunirse de niños, se precipitan el uno en los brazos del otro fundiéndose en una sola persona, llegando a ser perfectamente “uno".

El beso, emblema por excelencia del amor hacia otro semejante, llega a su máximo significado cuando se da en la boca.



Máximo exponente del amor traicionado... ?


San Cirilo de Alejandría, nos introduce en el estudio de estas altas ordenanzas en su "Conferencia sobre los Misterios" y donde, su quinta lectura empieza con la llamada a "Recibid unos a otros y vamos a besarnos unos a otros".

Posteriormente aclara la naturaleza de ese gesto:

"No penséis que este beso es de la misma naturaleza con los que figuran en público por amigos comunes. No es tal, ese beso combina un alma con otra, y el perdón de los tribunales para con ellos.

El beso es el signo de que nuestras almas se mezclan juntas y se destierra el recuerdo de todos los males."

Vemos que, fuera de aquellas representaciones de contenido sexual o lúdico expreso, existen representaciones en que el abrazo y el beso conservan el motivo, el mensaje original que debió tener como evocador de la transmisión de fuerza, la necesidad de unión entre iguales y la de veneración.


En definitiva,el beso con la divinidad es la reconciliación con el hombre, así que remitámonos al jubiloso Cantar de los Cantares:

…“que me bese con los besos de su boca”!!




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Salud y románico


(1)The ritual embrace

(4) El diablo en la sociedad moderna

El retorno del REY

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El sol Invictus




Las fiestas de las Saturnales eran unas importantes celebraciones romanas dedicadas a Saturno, dios de la semilla y del vino. Se llevaban a cabo en la estación invernal, iniciándose el 17 de diciembre con un sacrificio en honor al dios al que seguía un banquete público donde estaba invitado todo el mundo. Los festejos continuaban durante siete días más.

Eran siete días de jaraneras diversiones, copiosos banquetes e intercambio de presentes.

Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y beneficiador de las buenas cosechas, con el dios pre-helénico Crono, que estuvo en activo durantela mítica edad de oro de la tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales.

Durante las Saturnales, los esclavos, frecuentemente eran liberados de sus obligaciones y de sus papeles, en algunos casos se intercambiaban los roles con sus dueños y el orden común de los elementos se invertía.

En esos días, como si se reflejaran en el espejo de los sueños, el esclavo era libre y el libre era esclavo.

Experimentar esa visión antagónica, ese ponerse en el calzado del otro, podía muy bien inducir a la reflexión o a la desesperación.




Pero el orden natural de las cosas se restablecía cumplidos esos siete días, al final de los cuales, llegabael festival del Nacimiento del Sol Invencible (Dies Natalis Solis Invicti) que se celebraba cuando la luz del día aumentaba después del solsticio de invierno, en clara alusión al "renacimiento" del sol que culminaba en el 25 de Diciembre.




Personificado en el dios Mitra, de gran veneración por los soldados, todo volvía a la normalidad bajo el supremo legislador de la región celeste, generador de vida, gobernador del cambio y del movimiento. Era el regreso del dios invencible

La fiesta cristiana de la navidad parece haber sido trasladada al 25 de diciembre sobre el año 330 -en tiempos de Constantino-, puesto que el mensaje de su célebre visión justo antes de la batalla del Puente Silvio, donde el lema de la cruz  "In hoc signo vinces" fue entendido como la prevalencia de Cristo sobre el Sol. Cristo era el verdadero Sol Invicto.







Así pues, a partir de hoy hasta el día de Navidad, el orden queda invertido.
Sean los de arriba quienes bajen y los de abajo quienes suban.

Disfrutar, bebed y celebrad que son siete días, uno ya ha pasado y de los que quedan, la mitad ...son noches.



Salud y románico

Yo soy ...uno de los SIETE

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La imposta historiada del ábside exterior de la ermita oscense de Santiago de Agüero y uno de los magníficos capiteles del deambulatorio de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, presentan un cuadro iconográfico de tan similar parecido, en plástica, temática y estilo que ha propiciado la infrecuente unanimidad, entre los expertos sobre la intervención de canteros escultores de aquel templo aragonés, como uno de los talleres que intervino también en la construcción de la catedral calceatense.

Pero no es esta precisamente la cuestión que nos ocupa en nuestro trabajo, sino la temática tan especial de dicha representación esculpida: 





La escenificación presenta, como escena principal, a un personaje desnudo, de edad adulta y grandes ojos abiertos, que aparece semitumbado, cubierto con una sabanilla de pliegues curvos dejando ver al descubierto su pierna izquierda. 

Apoya la mano en ese mismo muslo donde, pinzando con los dedos, sujeta unas pequeñas formas que nos recuerdan la hechura de la lombriz o la sanguijuela.








Asistido por dos ángeles, parece interactuar con el que por su indumentaria, abarca gran parte de nuestra atención: lleva túnica corta, bastón de marcha y curioso sombrero. 

Junto a ellos, una mujer de rostro complaciente observa la escena replegando sus manos entre sí como si sostuviera algo entre ellas, mientras en el lateral derecho se muestra a Dios que surge de una nube celeste que parece expulsar o recriminar con el dedo a un ser diablesco.







En un segundo tiempo de la representación aparece otro ángel, o mejor dicho, el mismo ángel, simétricamente representado vuelto de espaldas, que actúa hacía una mujer que porta un objeto ovoide.

*****






Es consenso generalmente aceptado, que dichas composiciones representan y relatan la historia de Job; más concretamente, el episodio bíblico que narra su estancia en el muladar.

Así, el anciano semidesnudo que yace tumbado sería Job y los elementos filiformes que recoge del muslo con la mano izquierda podrían ser los gusanos referidos en el pasaje bíblico ("me cubren la carne gusanos y costras"Job, 7,5). 




Sin embargo, tanto los ángeles, como la figura femenina central de Santo Domingo, que no tiene correspondencia con la de Agüero, y la misma de éste último que porta en su mano un objeto fusiforme, resultan elementos tan extraños al relato bíblico de Job que incluso ha llegado a propiciar que insignes académicos especializados en arte románico, se hayan pronunciado por entender que el escultor desconocía el texto bíblico que se quiso reproducir, limitándose a copiar escenas vistas en algún otro lugar, pero en retazos separados.(1)

Tal aserto resulta a nuestro juicio, de todo punto, desacertado, puesto que en el pasaje bíblico de Job, la figura de su esposa, no aparece en el momento de la sanación, sino únicamente en el acto de la recriminación: "Aún persistes en tu integridad? Maldice a Dios y muérete" (Job, 2-8), o, como mucho, ofreciendo el pan blanco adquirido al propio Satanás a cambio de su cabello (Testamento de Job. Apócrifo), y aún así, la curación de Job se produce por obra e intervención directa de Yahvé y sin intermediario celestial alguno (Epílogo)





Tampoco compartimos la sorprendente interpretación de Íñiguez Almech ni de Alvarez-Coca (2) que guiados, seguramente, por composiciones similares a la que alberga el templo de San Pedro en Covarrubias, opinan que se representa la resurrección de Jesús, levantado por dos ángeles por pies y cabeza en presencia de las mujeres, si bien para el primero de los autores, este desliz de la idea evangélica de la vuelta a la vida por sí mismo de Cristo, quedaría mitigado por la presencia del Padre que sale de entre las nubes, al tiempo que esbozaría la idea de la Trinidad(3)

No podemos concebir que en la mentalidad y amplísima formación de comitentes y maestro hubiera lugar para permitirse unos lapsus tan alejados del texto religioso, y menos aún si tenemos en cuenta la categoría eclesiástica del de Santo Domingo de la Calzada y la calidad y maestría del escultor que trabajó las piedras de Santiago de Agüero. 





Como algún autor apunta (4), y tal como hemos podido comprobar, ya un capitel de Santa Maria de la Dourade y otro de Saint-Étienne, ambos hoy en el Museo de los Agustinos en Toulousepresentan a un ángel en presencia de Job para confortarlo en sus padecimientos y tribulacionesA buen seguro, inspirado en "Las Morales" de San Gregorio, que fueran llevadas a Conques por el obispo pamplonés don Pedro de Roda, y que constituían un amplio examen sobre desenvolvimientos morales y místicos.


En todo caso, ello no justificaría la representación de la figura angelical simétrica de ambas iconografías y la aparición de la misteriosa mujer que porta la vasija.




Por eso, intentamos deshacer el nudo gordiano de su lectura e interpretación a través del elemento escultórico que consideramos más relevante de los escenarios iconográficos sometidos a estudio. Y éste no es, para nosotros, sino la figura alada simétrica que repiten imposta y capitel, porque en el arte románico, resulta raro e infrecuente ver, fuera de estas dos representaciones, a un ángel con gorro, bastón y túnica corta.

De todos los atributos que adornan la comprensión iconológica de las criaturas celestiales, tan solo puede atribuírsele el gorroy el bastón de marcha con el que subrayar la idea de patronazgo de los caminantes, al arcángel Rafael.




También una vasija o un pez (instrumento simbólico que comprende, en su forma, la representación del continente del remedio sanador). 

En la tradición judía Rafael curó el dolor de la circuncisión a Abraham. Así mismo, fue el ángel enviado por Dios a curar el muslo de Jacob, maltratado por Samael. Y también se asegura que le dio a Noé, después del diluvio, un apreciado "libro médico". 

En el Libro de Enoc es el santo ángel de los espíritus de los humanos, así como el encargado de curar todas las enfermedades y heridas de los hombres.

De otro lado, su propio nombre significa "medicina de Dios", pues procede del verbo hebreo raffadín, que significa curar. Rapha’el, o raphach, significa en hebreo "Dios cura" (el alma).





No nos cabe la menor duda que la figura alada que comparte espacio y postura similar en la imposta de Agüero y en el capitel de santo Domingo de la Calzada, es el arcángel Rafael, y que sepamos, ésta la primera vez que es representado en la historia del arte con esos atributos concretos.

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Y tras llegar a este punto, desbrozar su interpretación en la escena representada partiendo de la comúnmente aceptada como historia de Job, se nos muestra incoherente,pues en ningún versículo del citado texto bíblico aparece ni es referida su intervención.

Por el contrario, sí es conocida la intervención arcangélica en otro texto bíblico, el del Libro de Tobías (5,3-4), donde se relata la curación de Tobit (11, 6-9), la expulsión del demonio Asmodeo (8,1-4) así como el final de las desgracias de Sara, pues tal como el mismo ángel reconoce:"...Dios me envió para curarte a ti y a tu nuera Sara. 



...Yo soy Rafael, uno de los sieteángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia" (Tob.12, 14-15)





Ello podría contribuir a explicar la presencia en imposta y capitel de la postura y gesto de reprobación y expulsión de la figura diabólica y maligna (enfermedad, fisica o la espiritual,"lepra del alma") por Dios surgiendo de entre las nubes, y la de la mujer que porta en su mano la vasija fusiforme, mero instrumento de que se sirve el autor pararesaltar el atributo de la vasija que contiene el remedio curativo del arcángel.





Porque tal objeto no es un huso con el que esté hilando, como hasta ahora ha venido siendo entendido y aceptado (5), sino una vasija, tal y como aparece en la exclusiva foto que ofrecemos. 




Y es que, la larga paciencia y la casual aparición del rayo solar que en aquella hora incidió breves momentos en el extremo del capitel de la girola de Santo Domingo de la Calzada, nos permitió acceder a la figura encastrada entre pilar y columna, desvelando, quizá por vez primera que sepamos,  su rostro, vestido y objeto portado en su mano.



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De lo hasta aquí expuesto, entendemos que el marco iconográfico expuesto en Santiago de Agüero y en Santo Domingo de la Calzada,NO permite afirmar que se trata de la representación de la historia de Job, como tampoco refiere la historia de Tobías. De hecho, no se sujeta a ninguno de los dos relatos bíblicos.

Pero lejos de entender que el maestro se limitó a copiar escenas sueltas vistas en retazos separados y que esculpió juntas en estos templos, creemos que encierran todo un compendio de sabiduría y profundidad inigualable, pues se presume en este trabajo no la reproducción de un texto sino la transmisión de un mensaje que emana de los dos episodios bíblicos que mezcla y confunde, intencionadamente, porque lo que pretende no es tanto contar una historia veterotestamentaria sino expresar un concepto, la misma idea que los impregna:

la recuperación de la salud perdida, la sanación (del alma) como acto complejo en que, junto a la intervención del remedio instrumental, requiere la intervención divina.






(1) SÁENZ RODRIGUEZ, Minerva: "Dos nuevos ejemplos escultóricos del tema de Job en el románico español".
(2) ALVAREZ-COCA, Mª.J: "La escultura románica en piedra en la Rioja Alta".
(3) ÍÑIGUEZ ALMECH, Francisco:"Sobre tallas románicas del siglo XII" y "Algunos ejemplos de la iconografía española del Camino de Peregrinos en el siglo XII".
(4) YARZA LUACES, Joaquín: "La escultura monumental de la Catedral Calceatense".
(5) YARZA LUACES, Joaquín, Op. citada.

         

Yo soy el del muslo herido

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Tras identificar al arcángel Rafael y meditar sobre ciertos aspectos confusos de la escena, empezamos a sospechar que había algo más que la simple escenificación de una historia bíblica, fuese la de Job, la de Tobías o cualquier otra.



La aparición en ella de dicho ángel o de la misteriosa mujer con la vasija, son elementos que hablan por sí mismos y, en concreto la imagen yacente del protagonista cubierto por la sabanilla y extendiendo la mano hacia su auxiliador, es un perfil altamente conocido que se ha repetido a lo largo de la historia de la humanidad. Es el paradigma del enfermo doliente que apela su sanación a la voluntad del ser superior que lo puede todo. 

Así, en textos del Viejo y del Nuevo Testamento encontramos equivalencias de este arquetipo que, entre ellos, son muy coincidentes: la curación del ciego, por ejemplo, como reflejo de la de Tobías y la curación del leproso como símil a la de Job. En los textos del Nuevo Testamento, la voluntad que ejerce la sanación siempre es Jesús, el Hijo de Dios.

Curación del leproso(Mar 1,40-45)

-"Señor, si quieres puedes limpiarme"
Jesús extendió la mano y lo tocó : -"Quiero: queda limpio!"

La lepra era la imagen más apropiada de todo lo que es “impuro”, tanto desde el punto de vista moral como religioso. La relación con un leproso “ensuciaba”, lo mismo que el contacto con un cadáver. Por eso, se le consideraba como un muerto, y su curación se tomaba como una verdadera resurrección.


Curación del paralítico en la piscina de Bethesda
Bethesda era un embalse que había estado vinculado a un santuario pagano 
 y sus aguas se tenían por milagrosas (1)

Ya en tiempos del románico y mucho antes que éstos, se realizaban peregrinaciones constantes hacia lugares con conocidas propiedades terapéuticas. Normalmente santuarios que se encontraban en parajes de gran belleza natural, cerca de algún río o manantial de aguas minerales o termales, donde los enfermos acudían con la esperanza de aliviar su dolencia o enfermedad. En cuanto a la usanza, de cuándo y cómo proceder para la realización de la sanación, no ha cambiado prácticamente nada desde entonces: A la llegada al destino, el enfermo era recibido por los sacerdotes del templo que lo alentaban informándole de las principales sanaciones allí realizadas. Una vez instalado, participaba de las ceremonias de culto, realizaba la ofrenda a la divinidad y pasaba por diversas etapas de curación como de dieta, baño, vida tranquila, relajación....

Al obtener la curación era costumbre que el enfermo dedicara un exvoto, ya sea la figura en cera o terracota del órgano afectado, una estatuilla del dios o alguna expresión plástica que relatara su milagrosa sanación. (2) 


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Todo ello nos recuerda a nuestro pseudo Job y en la evidencia de que su cuerpo no parece tan demacrado ni sufriente como estaría en el caso del "me cubren la carne gusanos y costras" (job, 7,5). Su aspecto es todo lo contrario a raquítico y ni siquiera está sentado sobre un estercolero, sino que, por lo que parece, son aguas claras lo que tiene debajo.

Menos aún se frota las úlceras con una teja, ni se confronta a sus maldicientes amigos, como se le suele representar. Muy al contrario, tiene el aspecto de alguien restaurado y cuyos sufrimientos están ya lejos, no en vano tiene delante la "medicina de Dios" personificada por Raffa'el  y no hay, a excepción del muslo, ninguna otra insinuación de herida. 





No nos extraña ver colocar ese gusano en su muslo, ni que parezca aceptar otro de estos invertebrados de la mano del ángel, pues nadie ignora que ciertos anélidos han sido utilizados desde épocas remotas como tratamiento indispensable para diversas dolencias. Para la cura de las úlceras en concreto, eran muy buenos antisépticos y magníficos cicatrizantes. (3)

Durante la Edad Media, los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago realizaban paradas en el camino con el fin de tomar baños de agua en ríos y charcas, en muchas ocasiones poblados de sanguijuelas. De ese modo aliviaban los edemas ocasionados por tanto caminar. (4)



Como método purificador se aplicaban como sangría sobre brazos y muslos.


Tampoco nos resulta extraño que la alusión de la supuesta herida haya sido ubicada así pues, ya sea casualidad o no, el tema de la herida en el muslo viene de antiguo y es nexo común a una amplia lista de personajes cuya trascendencia no se puede obviar, por ejemplo, y entre otros:



La del padre de los dioses, Zeus, y su desgarrada herida en el muslo, donde gestó a Dionisio y de la que, ante la atenta mirada de Hermes, nació su hijo, el dos veces nacido.

Heracles, en su lucha contra Esparta también recibió una herida en el muslo que fue sanada por Asclepio: "el templo de Tegea, llamado "El Hogar Común de los Arcadios", es notable por su estatua de Heracles con la herida en el muslo" (5)

Télefo, resultó herido en el muslopor la lanza de Aquiles, y tras ocho años de dolor y herida abierta, se le vaticinó que solo la curaría lo que la había herido, y en efecto, la herida se curó al rascar un poco de óxido de aquella lanza sobre ella. 

Odiseo, al final de su viaje, se presenta como un pobre peregrino en su propia casa. Nadie lo reconoce excepto su nodriza gracias a la cicatriz en el muslo. (En latín recibe el nombre de "Ulises" palabra formada por "oulos" (herida) y "isches" (muslo). Graves 1985) 

O, la herida del Rey Pescador de los mitos célticos-cristianos donde, generalmente, el soberano es herido en el muslo por un enigmático caballero negro con el que debe batirse el héroe para devolver al rey la salud y la plenitud del reino



El Rey pescador herido en el muslo por el caballero oscuro

El meollo del simbolismo está precisamente en eso mismo, en que el muslo reviste la médula del hueso más largo del cuerpo humano. La palabra latina "hueso", se refiere no sólo a la sustancia del esqueleto, sino también, de manera metafórica, a la parte más intima de uno, al alma, o a la parte más dura o interior de los frutos, su semilla, hueso o corazón (Lewis, 1282).

Así, el muslo, es un símbolo de poder que contiene la esencia de creación de vida. Una herida en el muslo equivale a una profanación de lo sagrado, implica la rotura de la totalidad que no volverá a su plenitud hasta que la herida esté curada y cerrada.

Partiendo de dicho análisis, iniciamos un recorrido que nos llevó en pos de un personaje cuya leyenda surgió hacía el s.XIII, casi al tiempo que fueron talladas esas representaciones. Hablamos de San Roque.

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San Roque, el peregrino del muslo herido:





Según cuenta la tradición, Sant Roch, fue un santo occitano que nació a finales del s.XIII en la ciudad de Montpeller. Hijo de familia noble abandonó todas sus posesiones para emprender el camino de la caridad cristiana. En su constante peregrinaje, se dedicó a curar a todos los infectados por la peste que iba encontrando, hasta que al final un ángel le auguró que él también iba a padecer su propia llaga. Sólo y enfermo, se retiró al bosque esperando la muerte, pero se recuperó de la enfermedad gracias a los cuidados de un perro que cada día le traía pan y le lamía las heridas. Ese perro se convirtió en un compañero inseparable. Versiones más extensas refieren su regreso a casa tras una larga ausencia, donde al no reconocerlo y tomarlo por espía, fue encarcelado. Murió irradiando una luz sobrenatural. Fue entonces, al preparar su cadáver, cuando lo reconocieron gracias a una mancha de nacimiento en forma de cruz roja que tenía en el pecho. (6)


Partiendo de la aceptación que San Roque no es un santo históricamente veraz, sino que es el resultado de un compendio de leyendas y relatos anteriores, resulta natural y comprensible que cada territorio o región sustente su particular y legendaria visión del santo. Visión que a pesar de diferir en el adorno literal, coincide en un nexo común, incidiendo insistentemente en la búsqueda de la restauración.



El hombre caído, portando la mácula del pecado original, peregrina en esta vida en pos del retorno a casa. El reconocimiento del padre, la aceptación de la divinidad. He aquí la verdadera sanación del hombre y el renacimiento integral que le comportará esa curación.


En este sentido, San Roque sería la personificación de un culto que responde a un clamor popular que ha sido sostenido durante siglos, y, las representaciones de Santo Domingo y de Santiago de Agüero van dirigidas hacia ese pensamiento.

Estamos convencidos que el artista, de forma magistral, ha expresado su saber combinando de forma intencionada los elementos que componen la escena, apoyándose en los conceptos bíblicos ya asimilados -historias de Job y de Tobit, por ejemplo- y tomando prestados ciertos aspectos mitológicos que de alguna u otra forma están en perfecta concordancia con lo perseguido.




El maestro dejó de esa forma plasmado el germen y el comienzo, o sea, el embrión plástico de lo que con los años acabaría englobando la figura de uno de los más queridos personajes de la hagiografía cristiana.

Lo cierto es que acabó siendo muy popular en España y en toda Europa. Era invocado como patrón contra varias epidemias; entre ellas, la peste, el cólera, la rabia, y para el dolor en los pies, rodillas, piernas y contra las llagas.


San Roque en su versión terapéutica



Actualmente es presentado como el eterno peregrino, herido en el muslo, con su perro volteando las piernas y, a menudo, acompañado por un ángel que le cura la llaga.


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En Piacenza (Italia), se encuentra un fresco con la, considerada, primera efigie de San Roque que aún se conserva (7); en esta temprana imagen vemos cómo algunos atributos propios del personaje coinciden con ciertos distintivos ya presentes en la representaciones de Santiago de Agüero y Santo Domingo de la Calzada.



Aquí se presenta a San Roque como un joven de cabellos rizados, con bastón y gorrito de peregrino que nos recuerda mucho la figura del arcángel curador. 

A la vez, también señala la herida del muslo como indicativo de una dolencia, igual que lo hace nuestro pseudo Job en la escena comentada.




St Roch convalesciente

De hecho, es la personificación de aquel primer concepto embrionario, y en cuya transición, se han ido acomodando ciertas particularidades de los personajes que la integran, que han dejado en evidencia su variada "carga genética".






La mujer con la vasija, por ejemplo, que prefigura a otras tantas mujeres que aparecen vinculadas a cuencos o botes de ungüentos rituales y que también nos recuerda a Sara llevando un jarro con las vísceras del pez, remedio curador que devolverá la vista a Tobít, es sustituida, posteriormente, por el componente perruno, compañero fiel e inseparable, cuya imagen, desde tiempos egipcios, lleva una carga psicopompa-redentora relacionada con los misterios del mundo interior o subterráneo, donde reside la cualidad intelectual y la ciencia. 

Es él quien le limpia la herida y quien porta el alimento que tomará el santo en su convalecencia. El perro de San Roque es esa sabiduría que conoce y utiliza el ingrediente que ha surgido de la matriz de la tierra, para curar. 


Hermanubis, "el revelador de los misterios del mundo inferior",
representaba el sacerdocio egipcio dedicado hacía la investigación de la verdad. 


Hermanubis y Mercurio con el caduceo



El caduceo era usado en algunas ocasiones como emblema del curador puesto que se asimilaba con la vara de Esculapio, uno de los símbolos, junto a la copa de Higía, más conocidos de la profesión farmacéutica, y en la mitología romana, el caduceo, era una vara que llevaban los heraldos o mensajeros divinos como Mercurio.

Y equiparándose al terapeuta como un anunciador, ya que traía salud, armonía y equilibrio tanto en el cuerpo como en el alma, esa vara acabó siendo emblema del poder de curación y los médicos tenidos como enviados de la divinidad, puesto que podían reconocer la naturaleza de la enfermedad y su remedio.

En el cristianismo medieval ya tenían muy asumido que el ángel que aparece junto a San Roque es el arcángel Rafael. Prueba de ello son las menciones transcritas en libros posteriores, donde se anotan cánticos suplicantes, alabanzas y loores, emparejando a ambos personajes.


Turmeda. Els bons amonestaments (8)

(9) Oración de agradecimiento a "San Roque y al ángel Rafael"

No hay duda que el ángel que aparece siempre en las representaciones junto a San Roque es el arcángel Rafael, el sanador celestial o enviado de la divinidad. Es la voluntad superior actuando sobre quien lo ha apelado.

Asimismo y por otro lado, es popularmente conocido que el arcángel Rafael coincide con muchos rasgos de identidad con el anteriormente mencionado dios mitológico, el más versátil de todos, Hermes-Mercurio.



Ambos son mensajeros divinos, aconsejan y guían a diversos héroes, están en un constante vagar entre la tierra y el cielo, tienen la facultad de sanar y ambos son venerados por viajeros y peregrinos.

Todas esas facultades son propiedades de un concepto que han acabado aglutinándose en una nueva figura emergente y de ello, no nos cabe la menor duda.




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Estos son ejemplos que obedecen a historias diferentes y donde los personajes se repiten creando manifiestas evidencias "Roquianas" que, a buen seguro, resultarán interesantes de observar y con las que cada cuál razonará de la manera que le resulte más conveniente:



No se trata de San Roque, es Tobías en su regreso a casa de su padre ciego.
El único que lo reconoce es su perro que sale a su encuentro y los acompaña hasta la casa


Tampoco se trata de San Roque.
Aquí se muestra la figuración crisopeya del  mercurio alquímico.
Siempre errante, aparece acompañado de su perro, el psiquismo instintivo
 y por el ángel, la celestial intuición.



Este personaje tampoco necesita aclaración
porque todo el mundo sabe que aunque sea un constante vagabundo,
lleve una rasgadura en la media que recuerda una herida y
 un perro girando entre sus piernas, no es.  


Y es que aunque la imagen de "el loco" y la de San Roque tengan el mismo origen, son un antes y un después de que haga su aparición el elemento sanador, y como extremos de la misma línea, su punto de cambio se decide en la escena que fervientemente defendemos como transformadora, y que está plasmada en Santo Domingo de la Calzada y Santiago de Agüero, y que no es otra, que la fuerza divina actuando sobre el hombre insano pero que ya está dispuesto al cambio.

Como decíamos antes, el hombre caído portando la herida del pecado original, peregrina en esta vida con la esperanza de retornar al Paraíso.




Y como el odiseo mitológico, al peregrino restaurado le reconoceremos por su cicatriz, testimonio de la sanación de su esencia psíquica y de la recuperación de su totalidad: él, es el del muslo herido.





Salud y románico





MARCHVS o la llamada a la redención

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En la iglesia románica de San Gil de Luna (Aragón), se encuentra un curioso y excepcional capitel.  Esa “excepcionalidad” radica en su atípica figuración para expresar el supuesto mensaje que parece ser única hasta el momento.
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Supuestamente, su iconografía parece mostrar los evangelistas Lucas y Mateo en versión tetramórfica junto a un ángel que permanece entre ambos y muestra  el evangelio abierto.
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En efecto, en un lado del capitel aparece el toro alado, signo inequívoco del evangelista Lucas, aunque en éste caso, el toro muestra toda la similitud de un Agnus Dei, pues aparece triunfal sujetando con su pata la cruz de la resurrección.

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Observamos, asimismo, en el otro lateral del capitel, que la figura que se ha identificado con el evangelista Mateo aparece representado sin sus alas correspondientes, departiendo con otro personaje que también carece de ellas.

Hasta aquí, pensando que podría ser una rareza del artista, podríamos ceder ante las deducciones de los entendidos. Lo curioso es que, aparte de las incoherencias mencionadas, el ángel central que mostraba el pretendido evangelio, guardaba, en sus páginas, un pequeño secreto.
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En dicho libro hay grabada una inscripción muy bien trazada, la cual, debido a la enorme altura entre la planta y el asiento del capitel es casi imposible de distinguir a simple vista. Gracias a unas fotografías realizadas por romanicoaragones pudimos acceder a la grafía escrita en el libro: MARCHVS


Nos quedamos desorientados, pues teóricamente este nombre no coincidía con el evangelista correspondiente al buey alado ni tampoco con la otra figura lateral atribuida al evangelista Mateo.
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A raíz de esto empezamos a barajar posibilidades que no nos terminaban de convencer. ¿Se refería al evangelio de Marcos? o ¿quizá era el posible nombre del maestro escultor? ...
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Estuvimos dándole vueltas una buena temporada y no teníamos ningún argumento posible para resolver la incógnita del tal Marchus, hasta que el destino tuvo a bien cruzarse en nuestro camino en forma de visión...
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Y aquí empieza nuestra aportación para desvelar la iconografía de este peculiar capitel, en la que creemos que su representación no corresponde, como hasta ahora se creía, al tetramorfo de Lucas y Mateo, sino que tras esa aparente lectura se insinúa otra mucho más extensa y elaborada.



.* El argumento

Son muy conocidos por los traductores de literatura antigua los textos medievales denominados con el nombre de "exemplum", con historias visionarias asociadas a una larga tradición moralizante.

Al margen de los evangelios aceptados y debido a su gran eficacia en el proceso de la transmisión de ideas, estas narraciones fueron muy utilizadas en la predicación eclesiástica como método práctico de divulgar enseñanzas, afianzar la labor cristiana, así como de reformar algunas costumbres que permanecían al margen de lo aceptado por la Iglesia. Ello contribuyó a que de forma destacada, se originase a lo largo de la Edad Media un constante chorreo de narraciones sobre las visiones del más allá, y fue en el siglo XII cuando éste tipo de relatos obtuvo su máximo esplendor, repercutiendo en la creciente demanda de textos y realizándose por ello abundantes copias de estos populares libros.
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Algunos de estos manuscritos medievales permanecen en el registro de la Corona de Aragón considerados como las principales y más influyentes narraciones sobre la catarsis y la visión paradisíaca que en aquel tiempo formaba parte de la educación filosófica del monje de la Edad Media.

En definitiva, lo que queremos decir, es que el capitel de San Gil de Luna donde aparece el toro alado triunfante junto a un ángel que porta un libro epigrafíado con el nombre de Marchvs, puede ser una clara alusión a uno de esos textos de predicación sobre el más allá, cuya enseñanza tuvo una permanencia de más de trescientos años en la mentalidad medieval tanto de religiosos como de seglares. Pensamos en esta posibilidad, ya que el punto de origen y expansión de estas historias visionarias fue la escrita originariamente en latín
un monje benedictino, cuya historia de su vida es apenas conocida, aunque si lo es su nombre: Marchvs.
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La Visión de Furseus, Visio Pauli, Visión de Drythelm o la Visión de Tundall, son algunos de esos textos que aunque habiendo sido redactados en siglos diferentes, son coincidentes en dogma y estructura, pues en cada uno de ellos se repiten cuestiones similares:
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1- Llegada y acceso del pecador al mundo infernal, donde acompañado por un guía o ángel guardián que lo asesora y adoctrina en todo momento, observa, se adentra y experimenta los diferentes estados purgatoriales, tras lo cual y después de un cambio trascendental culmina su visión con la contemplación de una triunfante y apocalíptica manifestación celestial.

2- Regreso del personaje al mundo mortal, ya redimido de sus pecados para vivir el resto de su vida conforme con las profundas lecciones que ha aprendido y con el encargo expreso de referir esta vivencia a sus amigos y familiares.
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En todos los casos, a esta misión divulgadora se le da extrema importancia, y siempre es encargada al visionario por alguien que en vida había representado para el sujeto un modelo de perfección a seguir.
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En el caso de la Visión de Paulo es el mismo Cristo quién solicita al apóstol que difunda la visión, y en Tundal, la tarea le es encomendada por su santo patrón, al que él venera, y con el que tras su sorpresivo encuentro e intercambiar un cordial saludo, inicia una trascendental conversación, como posteriormente haría Dante con Virgilio, en el texto más celebre de estas características que ha perdurado hasta nuestros días, la Divina Comedia.

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En todos estos textos de paralelismo evidente, el mensaje educativo transmitido se convierte en la doctrina de la segunda oportunidad, donde el arrepentimiento y la aceptación del sacrificio muestran la poderosa visión de la misericordia divina.

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Al responder toda esta serie de manuscritos a una misma imagen de adoctrinamiento, se fue produciendo a lo largo del tiempo una sintetización de los mismos, adaptando y mejorando algún aspecto narrativo de textos existentes. 

Quizá por ser hasta el momento la más precisa y detallada visión cristiana que se había escrito sobre el más allá, la versión de Tundali era la que entonces gozaba de más popularidad, y quizá por ello el nombre de su autor, Marchvs, acabo por  ser el receptáculo del contenido de esas apócrifas narraciones visionarias, que insertadas en la lectura y meditación del monje, formaba parte de su educación espiritual.
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En cuanto a la peculiar e innovadora representación del toro alado que muestra el paralelismo con el Agnus Dei, n
unca podremos saber con seguridad el porqué de esa novedosa transferencia, aunque si barajamos la posibilidad que pueda estar relacionada con el nombre inscrito de Marchvs en el libro, nos veríamos inducidos a asociar la representación del toro triunfante con la contemplación mística final que se relata en dichos textos.
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En la visión del Marchvs original, el protagonista es consciente del privilegio otorgado al recibir la iluminación espiritual, y concretamente, puesto que el toro se asocia a Lucas y éste a Pablo, podría derivarse hacía la visión más trascendental experimentada por el apóstol en su viaje al mas allá, cuando el ángel que lo acompañaba le muestra tras pasar por el país donde moran los justos, la resplandeciente y áurea ciudad de Cristo, al igual que San Juan al final de su visión apocalíptica, que contempla al Cordero Místico en la Nueva Jerusalem.
El ángel muestra a Juan la Ciudad Mística y el Cordero triunfal . Ap 21-22

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*La trama- El Tractatus de Marchvs-.

Tras intuir que el mensaje del capitel podría tratar sobre ello, quisimos profundizar en esa detallada historia que con tanta fuerza había arraigado en la cultura medieval, tomando la visión Tundale para ello.
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Tundal, el protagonista de la historia se identifica como un caballero que comportándose de manera ociosa es responsable de cometer los ocho pecados capitales contemplados por la tradición irlandesa.
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Su complicado viaje empieza una noche mientras esta cenando en casa de su vecino, allí sufre un ataque y muere. Entonces su alma viaja a un sombrío lugar, donde un ángel luminoso lo aguarda. Tras recriminar a Tundal su mal comportamiento en el mundo terrenal y éste reconocer sus faltas, emprenden juntos un viaje por el más allá. El ángel guardián como guía y maestro y Tundal como alguien que se enfrenta a su primera experiencia dolorosa y redentora.
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Imagen Visión de Tundal s.XIV
Los horrores del purgatorio son vividos y contemplados por Tundal en diversos estadios dolorosos, para posteriormente, terminar en el séptimo cielo donde tras su emocionante encuentro con el patriarca de la Iglesia Católica Irlandesa, contempla la Trinidad y toda la Majestad Divina.

Finalmente, el protagonista totalmente redimido de sus faltas, regresa a su cuerpo para poder relatar esa experiencia a sus amigos y llevar el mensaje de esperanza en el perdón gracias a la misericordia divina.
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La justificación –contextualización del papel de la diferentes órdenes religiosas: cistercienses, benedictinos, agustinianos-
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La estructura de Marchvs y sus trabajos herederos, fortalecen de una manera coherente una particular espiritualidad cisterciense, pero, sin embargo, será utilizada en el siglo XII para equilibrar dos tipos de meditación de mentalidades diferentes, una de horror y otra de esperanza, dominicos y benedictinos.
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El trabajo de Marchvs constituyo de la existencia del Purgatorio, la idea de la segunda oportunidad, entre la orden benedictina, en cambio, para los dominicos los sufragios tenían una especial potencia, a diferencia de para los cistercienses que concebían la idea del Purgatorio como parte de su espiritualidad meditativa.

Esta diferencia se pone de manifiesto en la teoría y doctrina fundamental de la Visio Tundale: Dios es justicia y misericordia.

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La carga principal del mensaje es que todos los seres humanos no merecen, por justicia, el castigo de Dios, sino que sólo es la benevolencia de la Misericordia de Dios, lo que hace posible la salvación. Se habla de la diferencia entre lo que se merece y lo que la misericordia de Dios hace posible.
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Nos corresponde hacer penitencia en la tierra y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. El malestar en la tierra, puede ayudar a los hombres a la lucha y a vivir más de acuerdo con la Voluntad divina. Este sufrimiento es deseable, es un corolario de la doctrina de la justicia divina y de la misericordia, como justicia retributiva, que todos los humanos merecen.

Por tanto, es mejor sufrir en la tierra. La penitencia en la tierra es preferible a la vista de lo que todos merecerían de acuerdo a una interpretación estricta de la justicia de Dios.  El Purgatorio, se convierte así, en la "doctrina de la segunda oportunidad", una poderosa manifestación de la misericordia de Dios.
Fue el papa Inocencio III el que, en un sermón para el Día de Todos los Santos utilizó varias veces esta palabra y dejó bien clara la idea de que existen TRES tipos de iglesia: la triunfante, la militante y la del Purgatorio. La institucionalización del Purgatorio, sería llevada a cabo en 1274 durante el Segundo Concilio de Lyon. Así fue como se pudieron consolidar como ortodoxas una gran cantidad de leyendas y exemplum contenidos en las Visiones.
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El mensaje hoy en día.

"... lava del todo mi maldad, limpia mi pecado. “Misericordia quiero y no sacrificios” (Salmo responsorial 50)

“No he venido a invitar a la conversión a los justos, sino a los pecadores". (Lc. 5,32)


El mismo Lucas lo transcribe, Jesús hace una llamada para una conversión o reforma interior a toda persona que se encuentra insatisfecha consigo misma, experiencia conocida por los religiosos como "catarsis" o/y “metanoia”.
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Estas dos citas, entre otras, s
on comentadas en el sermón del domingo décimo del tiempo ordinario y se corresponden perfectamente a la enseñanza teológica que Marchvs intenta transmitir en su narración. Un mensaje eclesiástico actualmente activo, donde la enseñanza llama al reconocimiento de la propia imperfección junto a la salvación por medio de la misericordia de Dios.

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Salud y Románico (2008)

En fecha 2013 hemos encontrado un reciente trabajo que puede aportar más luz sobre la Visión Tundal



Proserpina's románicas en Covet

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Establecer una distinción entre los templos que nos fascinan y los que nos dejan indiferentes nunca nos resultó tan claro como con la iglesia de Santa Maria de Covet. Un edificio que no tan sólo nos sorprendió por su soberana belleza, sino que en el amparo de sus muros hemos vivido sorprendentes y emocionantes momentos.

Uno de ellos fue, sin duda, la primera vez que junto a  Xavi "El Cabestany", conseguimos fotografiar el interior de la nave. El resultado de esta visita y previo encuentro fue una cariñosa amistad creciente y lo que su web proporcionó: la más detallada y precisa información en el mundo virtual de Santa Maria de Covet.

Las fotografías que pudimos realizar en aquel entonces fueron elementos determinantes para demostrar que un capitel descrito en los libros como: "personajes que luchan", era en realidad la representación del mitológico 
Rapto de Proserpina


De ello hace ya unos cinco años. Y hoy, con fotografías recientes, la volvemos a presentar, con el valor añadido de que sigue siendo una representación única y exclusiva de este templo, puesto que, hasta el momento, no conocemos ningún otro registro de dicha escena en el románico actual.


Proserpina portando un ramo de espigas.

Las espigas, junto a diferentes gramineas de otros cereales, se utilizaban en la elaboración del pan, que, lógicamente, estaban asociadas a su madre Démeter.




Hades, regente del inframundo con uno de sus atributos: el cetro de dos puntas que usaba como arma y con el que conducía las almas de los muertos hasta el mundo inferior.




Fue mientras recogía las mieses, que Hades vió y raptó a Proserpina, llevándola con él a su reino.

Démeter, al conocer la noticia se entristeció tanto que lejos de volver al Olimpo vagó por la tierra negando a sus árboles dar frutos e impidiendo a la hierba crecer. Se produjo una gran desolación en la tierra y la raza humana quedo en peligro de extinción. 

Zeus insistió a su hermano para que devolviera a la doncella, siempre y cuando ésta no hubiera probado el alimento de los muertos



Existía una primitiva creencia sobre que los alimentos rojos sólo se podían ofrecer a los muertos, y se suponía que la granada, un fruto del inframundo, nacía de la sangre de Adonís.

El jardinero Ascálafo testificó que había visto a Proserpina coger una granada del jardín y comer siete de sus granos. Según parece, estos s
iete granos representan las siete fases de la luna durante las cuales los agricultores esperan que aparezcan los primeros tallos verdes de la espiga.



Como Demeter seguía negándose dar vida a la Tierra, Zeus dictaminó que Proserpina regresara con su madre para que los cultivos pudieran brotar y dar frutos, pero que tendría que regresar al inframundo todos los años y pasar allí tantos meses como granos había comido. 

Así que, anualmente, con la llegada de la estación del crecimiento, Proserpina regresa al lado de su madre que, pletórica de felicidad, llena toda la tierra de flores.



Como curiosidad concluir con que, en los relatos medievales, con frecuencia se advertía que, si alguien era secuestrado por seres feéricos, no debía comer ni beber nada, por muy bueno que pareciera o por muy hambriento y sediento que llegara a estar, puesto que un simple bocado podía impedir al ser humano regresar al mundo de los mortales.


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La anécdota.





Cual Proserpina y también en primavera, el pasado 2 de mayo entre los sillares del acceso al desaparecido campanario, germinó otra virgen en Covet, aunque ésta no era pagana, sino cristiana.

Y es que en ese momento, acompañados de mossen José de Jesús, actual guardián del templo, pudimos adivinar, gracias a los flases de las cámaras, los rasgos románicos de una virgen que, emparedada, permanecía oculta en el fondo de un hueco de uno de sus muros.







Pasada la primera e indescriptible sensación, la maniobra de su resurgimiento fue dificultosa.

El reducido espacio y el temor a dañar la figura, provocó que tomáramos cuantas precauciones estaban a nuestro alcance. Milimétricamente calculado, el espacio se ajustaba a la peana, y su envergadura, de unos 80 centímetros, provocaban movimientos medidos que pugnaban con nuestra ansiedad. Fue tras un buen rato de cuidadoso y lento forcejeo que pudimos rescatarla de la de la pared.

Se trataba de una talla de virgen sedente con el Niño en la falda y que sujetaba una gran bola en la mano derecha.


S
u estado se reveló tras un suave acicalado con toallitas resultando ser una bella reproducción de la imagen genérica de la patrona catalana por antonomasia: la Mare de Déu de Montserrat.

Sin embargo, algunos detalles de su policromía nos llamaron la atención, pues lejos de ser negra, es de vivos colores y va acompañada de adornos que no corresponden en absoluto a la Moreneta sino a los de la auténtica virgen románica de Covet, y que hoy permanece custodiada en el MNAC.




Es sumamente relevante el hecho de que los motivos que decoran la clavellina no son los de Montserrat, sino los propios de la virgen de Covet. 

Así mismo, la bola del mundo que un día debió albergar la mano del Niño, había sido sustituida por un libro que, aunque de factura posterior a la imagen, repite el mismo atributo que el de Covet.

También la decoración del trono había sido modificada reproduciendo fielmente los sellos y símbolos en la peana que ostenta la de la Virgen de Covet.



Todo apunta que, por la coyuntura que fuese, una vez desprovistos de la imagen original de su patrona, los feligreses de Covet, adaptaron una talla de la Moreneta decorándola con los mismos atributos y colores que poseía la suya propia del s.XII.


Queremos creer que fuera ésta la que durante un tiempo presidió su templo y gozara de su fervor y devoción hasta que alguna enigmática circunstancia, los hiciera hacerla proteger, emparedándola en sus sillares y permaneciendo así, oculta, durante varias décadas.

Quizá la primavera, o quizá la casualidad, hizo que esta Proserpina románica de Covet brotara, de nuevo, a la luz y que nosotros estuviéramos allí para poderlo gozar.



primavera en Covet


Salud y románico



Para qué quiere un centauro cazar una sirena?

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En la edad media, cuando la suerte común del ser humano era la pobreza y bastante tenía el hombre de a pie con seguir subsistiendo, intuimos que no obstante, intentaba aprovechar cualquier oportunidad de sacarle a la vida alguna que otra satisfacción, y era el erotismo, aquello más inmediato y placentero que tenían a su alcance.




En contrapartida, la ideología religiosa del momento predicaba precisamente todo lo contrario, viendo en la carne, y especialmente en la de la mujer, el enemigo fundamental del alma y el camino más rápido para hacerse acreedor de la condena eterna. 

Y así, mientras unos defendían virulentamente esta condición, otros, se revelaban ante lo que consideraban una hostil represión. 

Entre ellos había un colectivo de intelectuales, clérigos desencantados y universitarios pícaros que, proscritos y vagabundos conocidos como goliardos, que promovieron, en el siglo XII, una poesía de corte popular que, contrapuesta al caballeresco y galante "amor cortes" -de la narración trovadoresca-, celebraba la satisfacción carnal y el amor sensual, pues mientras el trovador canta a la dama, el goliardo lo hace a la mujer.





Según la colectividad goliarda, el proceso amoroso se estructura a través de un código que aúna tanto elementos espirituales como sociales y cuyo procedimiento, se asocia a un concepto de estrategia militar o de cacería: la conquista amorosa como asalto a una plaza fortificada o con la captura de la presa tras una larga persecución. 

Así, inspirándose en modelos legendarios, el instruido pero libertario hombre medieval, establecerá unos cánones delimitados que enumeran cinco fases en el amor pasional (1)"Visus et alloquium, contactus et oscula amantum; postremus coitus, luctati clausula belli"

"Vista, diálogo, contacto, besos y, finalmente, la cópula, coronación de la enconada guerra" ("Fecunda ratis" Egberto de Lieja)



"Mittit pentagonos nervo stribente sagittas, quod sunt quinque modi, quibus associamus amori: visus; colloquium, tactus; compar laborium necatris alterni permixtio, comoda fin; in lecto quintum tacite Venus exprimit actum."  

"Lanza con tu arco cinco silbantes flechas,
son los cinco modos a los que asociamos el amor
miradas, palabras, tacto, fusión de labios
alternando y compartiendo esta mixtura llega el complaciente final,
en la cama, el quinto acto, representa tácitamente Venus"
(Carmina Burana -poema 154, hexámetro 6-10)


"Lanza con tu arco cinco silbantes flechas..."


Siendo la intención amorosa una constante en el pensamiento del hombre medieval, es lógico que algunas mentes talentosas utilizaran su ingenio para manifestar ese anhelo sin ser amonestadasencubriendo lo prohibido bajo otra apariencia y de esta forma sutil, dejar constancia de su filosofía. 

Algunas veces, como irónica burla, en casa propia de los perseguidores:



Un par de figuras aparentemente independientes:
un arquero en posición de disparo y una bella doncella arrodillada. 
Nada parece indicar que una escena tenga que ver con la otra.


Aunque en el caso que se tratara de un centauro en lugar del arquero 
y de una sirena en lugar de la dulce doncella,
entenderíamos perfectamente la similitud del mensaje.
No en vano, esta escena de seres sublunares, es frecuente en el románico. Foto: Ray


Observando bien a la doncella de largos cabellos, 
vemos que, de rodillas, simula su vestido una cola de pez. 
En su mano izquierda levanta un espejo, 
uno de los atributos que suele acompañar a las sirenas.





La verdad es que siempre nos hemos preguntado para qué quiere un centauro dar caza a una sirena?

Quizá saldremos de dudas a la vista de la siguiente foto, pues la evidente alusión a las intenciones del arquero queda patente a la vista de su cinturón, y es que quizá un  "goliardo tallador" nos dejó la irónica respuesta...



Salud y Románico



La CLAVE mágica de Ucero

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Desde su enclave estratégico en el alto del cerro que domina los valles de los ríos Ucero y Chico, el castillo de Ucero resiste con firmeza el paso de los siglos albergando, aún erguida, en su recinto la torre del Homenaje.




Hace varios años que la fortaleza y su entorno nos impactaron por primera vez, y actualmente, en épocas lluviosas, hemos vuelto a experimentar la sensación de bordear los antiguos muros del castillo imaginando a cada paso su esplendoroso pasado, y la emoción de introducirnos en el interior de su firme torre, esperando, al mirar hacia lo alto, volver a contemplar lo que en aquella primera vez nos aconteció como una magnifica sorpresa.

La torre del Homenaje, con la capilla en la parte más elevada del interior, está coronada por una bóveda de cuatro nervaduras que cierra, con una clave redonda central, donde hay esculpida una magnífica representación del Cordero Místico Triunfal.







La clave, en perfecto estado de conservación, posee abundantes restos de policromía que dan realce a la figura y, circundando a ésta, hay inscrita una leyenda de carácter religioso que podemos leer perfectamente si utilizamos el zoom de la cámara:

 AGNE : DEI : MISERERE : MEI : QUI : CRIMINA : TOLLIS +

Se trata de una oración muy conocida que se utiliza actualmente en el canto litúrgico, aunque en aquel entonces dicha locución no tan solo se utilizaba en la polifonía eclesiástica, sino que formaba parte de un variado listado de invocaciones divinas, empleadas normalmente como fórmulas de protección.

En concreto -y según elButlletin du Musée d'Arts d'Historie de Genève,1925 (1)-, la estampación del Agnus junto a la inscripción mencionada era de gran eficacia contra la muerte súbita, los demonios, el cólera, las tormentas, los rayos, incendios y otros males similares.

Hay constancia de la utilización de dicha letanía invocadora en los medallones que entre los siglos XIII al XV se elaboraban en cera, incluyendo el Agnus junto a la orla inscrita y que al ser consagrados por el Papa o los obispos pertinentes, quedaban henchidos de las propiedades celestiales que les daban su valor protector.



Piezas de las más antiguas conservadas con el Agnus y la leyenda en cera.
Época de los Papas Gregorio IX (s.XIII) y Gregorio XII (s.XV), respectivamente.

Pero al margen de que el Agnus junto a la invocación pudiera erigirse en Ucero con intención religiosa y protectora, vemos que algunas de las características de su icono difieren en cierta parte de las representaciones antes mencionadas.

En éstas, el cordero aparece acostado sobre las rodillas o, si de pie, llenando un cáliz con la sangre que le brota del costado. Asimismo, la bandera que sujeta es de forma rectangular y con terminaciones rasgadas.

El Agnus de Ucero posee unas características ligeramente distintas: aunque el giro de la cabeza es exacto, no aparece ni cáliz ni sangre y el estandarte tiene una alargada forma triangular que le es muy propia.

De hecho, estas diferencias sutiles parecen ser más coincidentes con otro Agnus concreto de la época que se utilizó de insignia en la mudanza de la política monetaria castellana. Nos referimos a la primera blanca que circuló, llamada "del Agnus Dei" y que fue acuñada del 1379 al 1390 por el rey Juan I de Castilla.


Por un lado la "Y" de Yhoannes, en alusión al Rey Juan I y, por la otra, el agnus con estandarte triangular y la frase "Agnus Dei qui tollis pe//cata mundi miserere nobis" (2)


Moneda del Agnel moutón d'or, acuñada en Francia entre los siglos XIII-XV

Es innegable que el blanco de Agnus Dei se acuñó inspirándose en el Agnels francés, pero con una pequeña diferencia que lo hace particular, un estandarte de forma triangular en lugar del rectangular.




Quizás la explicación en la introducción de este motivo estrictamente religioso radique en la necesidad del monarca de demostrar su legitimidad frente a los que la cuestionaban, mostrando el respaldo de la divinidad a su autoridad y dinastía(3) 

Sospechamos, no obstante, que en esa idea tuvo también algo que ver el eclesiástico y consejero del monarca, Don Pedro Fernández de Frías, personaje oscuro y enigmático, más conocido por haber sido uno de los embajadores castellanos al concilio de Pisa, cardenal, con el apelativo "de España", que abandonó la obediencia benedictista, tuvo un enriquecimiento poco claro y que por sus airadas desavenencias con D. Juan de Tordesillas, obispo de Segovia, sufrió el destierro a Roma. (4)



Tampoco deja de sorprendernos la extraordinaria suerte, circunstancia o casualidad que, el mismo año que Juan I fue proclamado Rey, en 1379, también él, Don Pedro Fernández de Frías, su consejero, fue elegido Obispo de Osma y que, como avispado hombre de estado que era, tuvo a bien participar en las instituciones de gobierno encauzando al rey tanto eclesiástica como gubernamentalmente.

Por todo ello y por las fechas coincidentes entre el reinado de un rey, la mitra de un obispo, el timbrado en la acuñación de una moneda y su correspondencia en la clave de la capilla de Ucero, suponemos que fue éste, y no D. Juan Ascarón -como algunos estudiosos argumentan-, el Obispo que promovió la rehabilitación de la Torre del Homenaje o, si más no, a la vista de su insinuado carácter antojadizo, quien pudiera disponer los cambios necesarios para que en el castillo de Ucero luciera, cual nueva moneda acuñada, la insignia del Agnus protector en la parte más noble de la Torre del Homenaje  (entre los años 1379-1420) (5)



Capilla en la parte superior de la Torre del Homenaje,
seguramente de uso litúrgico exclusivo para el señorío del castillo. 

Sea como fuere y siendo conscientes del poder de protección que se le otorgaba al conjunto del Agnus y su orla escrita, no podemos evitar el suspicaz pensamiento de que este es el motivo por el cual la Torre, invicta, siga resistiéndose a caer.

Esto, y su perfecta culminación constructiva, por supuesto.




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Como anexo, incluimos aquí las ménsulas que soportaban la base de la capilla y sobre las cuales reposaba ese espacio sacro. 

Así que, fuera lo que fuese lo que se representara en ellas, siempre era algo subyugado a lo sagrado.



El poder real con sus dos "vástagos" en actitud orante,
cuerpo y alma al servicio de Dios.



Personaje con rostro deteriorado, que parece portar algo en las espaldas.
Hombre libre, vasallo, plebeyo?


Personaje sin vestido y con argolla en el cuello.
Reo, convicto, condenado?


Y aquí la que nos gusta más de todas:

El espíritu del bosque que aflora en este rincón sombrío de la torre.
Un signo de creencias ancestrales que toma forma en el imaginario de los escultores.

El Hombre Verde con sus dos genéricas criaturas,
que producen crecimiento, muerte y resurrección.

Los amantes de Fuentidueña (I)

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Abrazos y besos, repican a... "eso".
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En el alero exterior de la nave meridional del templo segoviano de San Miguel de Fuentidueña, se encuentra, quizá, el canecillo más fotografiado y antonomásico del románico erótico español. En él, una pareja realiza el coito en una expresión quese aleja de la temática pecaminosapara mostrarse con un significado casi regocijante.

Ajenos a una maraña de personajes y rostros monstruosos, estos amantes parecen trascender al mensaje de la dualidad hombre-mal donde ciertas actitudes subrayan su debilidad moral, para centrarse en un significado catequético aún más concreto sobre el rito de la fertilidad festiva.

Amparado por el contexto del marco iconoclástico en que se sitúa, destaca el vecino canecillo de una cabeza masculina de torso desnudo y noble apariencia de madurez, el cual se adorna con un casquete de cérvida cornamenta. En el otro extremo, otro busto, el de una ataviada mujer, mira de forma serena y condescendiente.

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¿Serán ellos los que se encuentran a medio camino para participar del acto más profano y sagrado a la vez?
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En la costa suroeste de Inglaterra, en el condado de Dorset, se alza el tesoro románico del templo de San Nicolás de Studland.
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Construido originariamente por artistas sajones, su estado actual es obra de la intervención normanda realizada en el siglo XII, cuya impronta de conquista se limita al reforzamiento de la estructura con contrafuertes en la torre con fin de insertar algunos bloques de sillería y reforzar la parte superior, la cual adornaron con canecillos animalísticos y algunas cabezas humanas distorsionadas y monstruosas, denotando una finalidad propagandística de reescribir la historia con el propio molde de esta minoría invasora.
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Pues bien, bajo el alero del voladizo de este templo de San Nicolás de Studlan, y también en el muro exterior de la nave sur, una pareja de amantes se abrazan en plena cópula ajenos a las grandes boqueadas de su canecillo vecino de rostro bifronte.
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Aún sin ignorar el tratamiento diverso que el escultor normando otorga a la manera de asirse, no nos pasa inadvertido su tratamiento regocijante y carente de exhibicionismo que relaciona posición y temática de este canecillo británico con el segoviano de San Miguel de Fuentidueña como ningún otro de cuantos puedan encontrarse en todo el elenco del vasto y rico repertorio erótico del románico español, debiendo ser entendida las restantes diferencias como simple inspiración del artista para dar cabida a la representación del sagus o cucullus mesetario como vestimenta rural adecuada al tiempo y lugar de su ejecución.

Pero de lo que no cabe duda es que, del estudio de ambos canecillos, puede extraerse la convicción de la existencia de una traslación de modelos iconográficos desde costas británicas hasta nuestro románico castellano.
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Salud y románico

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Regeneración de un concepto

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El cuento de la syrenita románica (II)


...Y es que, cada sociedad genera a lo largo de su historia su propia visión del mundo, su marco referencial interior donde todas las cosas cobren sentido. Prejuicios, relaciones de poder, fantasía, vida social, influyen en la conformación de su cosmovisión.

La expansión del cristianismo no sólo expulsó a las sirenas de los aires, sino que trastocó sus características para encajarlas en su maniqueísta división entre el Bien y el Mal.

Para ello utilizó la recuperación del imaginario de la antigüedad de manera meticulosa, tornando las antiguas divinidades en demonios y convirtiendo la mitología en lecciones moralizantes dirigida a los paganos. Los motivos antiguos son vaciados de sustancia adjudicándoseles otra significación. La sirena quedó en los mares, exiliadas, y jamás remontará vuelo

... hasta ahora.



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Ninguna otra representación de sirenas ha conseguido, hasta ahora, alcanzar la atracción que sentimos por la esculpida en el interior del templo románico de San Pere de Galligans (Girona).
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Normalmente acostumbramos a percibir en el mundo de la imagen gran variedad de representaciones simbólicas que suelen corresponder a una misma intención, aunque de todas ellas, no hay ninguna que insista y persista tanto como la de instruir al hombre en el secreto de su completa regeneración.
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Unificar en una sola esencia las dos naturalezas antagónicas de las que estamos formados es vital para conseguirlo, y la sirenita de Galligans nos lo comunica encarecidamente.
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Esta admiración que experimentamos tras la percepción de su mensaje, es la que nos mueve a continuar este estudio a partir de su fascinante y exclusiva representación.
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La descripción literal de dicha figura -que ya fue expuesta anteriormente-, queremos recordar aquí:

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La sirena en actitud solemne se mantiene erguida sobre su cola de pez, en ambas manos sujeta un par de peces manteniendo una equilibrada posición de brazos que nos recuerda a la conocida iconografía del “orante”. Su cabeza toca a una elevada plataforma con estrellas esculpidas que simulan su corona.
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Tras la descripción literal de la imagen intuimos que hay una lectura alegórica del mensaje con una serie de percepciones vinculadas a la metáfora que son fácilmente entendibles: con su cola de pez -atributo característico de los habitantes del mundo de las profundidades-, la sirena arranca desde la base del capitel alzándose verticalmente hasta unir su cabeza con la zona superior, el ámbito celeste y estrellado.
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Sin duda, la composición del personaje nos transmite su labor de enlace entre el ámbito de las aguas subterráneas o inferiores y el de las superiores o celestes, el canal que conecta los dos mundos, algo parecido a la función de la escalera mística o de Jacob que une el bajo mundo con el superior, o el cielo con la tierra.
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Dicho concepto nos remite también a la figura de la Virgen María, -considerada como el conducto entre Dios y los hombres-, según la relación que algunos Santos Padres aplicaban al simbolismo de la escalera y a la Santísima Virgen.
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Ésta (la Virgen) es la escalera de Jacob, que tiene doce peldaños, entre los dos lados..El lado derecho es el desprecio de sí mismo por el amor a Dios, el lado izquierdo es el desprecio del mundo por amor al Reino..Por estos peldaños suben los ángeles y son elevados los hombres..." (San Bernardo- Sermo ad Beatam Virginem 4).



Es a través de esta lectura moral o teológica que podemos acceder a otro escalón diferente del símbolo cuyo mensaje abarca una gran magnitud. Es una enseñanza que trasciende creencias y culturas porque va arraigado en lo más profundo del ser humano, algo que se lleva implícito por naturaleza y que sólo se puede entender bajo una mentalidad hermética del símbolo, en concreto, la visión alquímica. 
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(Fulcanelli. Moradas Filosófales- Alegoría de la Alquimia:-
Una sedente figura femenina cuyos pies reposan en la base, toca con su cabeza el ámbito celeste, ejerce de conducto entre el plano inferior y el plano superior, sujeta en ambas manos los libros del conocimiento y la vara de la maestría)

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Es así que, percibiendo la sirena erguida de Galligans como símbolo de enlace por el cual se puede ascender desde nuestro estado animal (inferior) hacia la comprensión divina (superior), observamos que dicho cuerpo está formado por una naturaleza doble, dos sustancias en una, separadas pero juntas, como las dos caras de una moneda o como la personificación del atanor alquímico.

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Los dos peces o leones, -en cada caso-, simbolizan las dos propiedades de nuestra materia, azufre y mercurio. También es el“solve et coagula”alquímico, necesario para conseguir la unión de los dos principios de la Obra. En dicho proceso se vela por mantener dentro del atanor y de forma constante, el fuego de la transformación, cuyo calor ascendente hará posible la fusión de estas dos naturalezas en una de sola.
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A la altura de la cintura es donde las dos cualidades del ser mixto se unen, indicando el lugar sagrado donde radica la capacidad de generar forma. Es allí donde se gestará ese cuerpo puro que llegará a poseer una cualidad perfecta que le será propia.



"La hermana liberara a la hermana, y el Niño misterioso nacerá de la única Madre"(MR.IV,96´)

Por otra parte y siguiendo con la mítica personificación de la sirena, ya indicábamos en el artículo anterior que la aparición de su cola bífida fue originándose tras la progresiva unión del extremo de su cola a los peces representados a ambos lados de la sirena.
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El resultado tras la imagen derivada fue el predominio de un mensaje negativo que aunque de superficial significado, se hizo altamente popular.
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Nosotros preferimos desestimar este último, pues pretendemos acercarnos a la simbología primigenia, con la que, y gracias a algunas representaciones que han resistido hasta nuestros días, podemos apelar a la claridad de mente que desplegaban ciertos artistas de antaños.
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Un ejemplo muy claro de esta mudanza en cola bífida lo tenemos en el artesonado gótico-mudéjar en Santa Maria de Lliria.




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Foto: Galeón


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En las dos primeras pinturas, se aprecia perfectamente cómo una mujer con una corona de tres penachos sujeta dos grandes peces que quedan simétricamente encarados. La percepción de la composición, aunque ingenua, nos transmite majestuosidad.
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En cuanto a la tercera y última imagen, las cabezas de los dos peces han sido totalmente fusionadas apareciendo así dos colas de pez, de una figura femenina que ya carece de corona, y que con toda seguridad, no gozará del valor positivo de la imagen anterior. 

Otro ejemplo de este tipo de transformaciones y que guarda un valor altamente positivo, lo encontramos son la siguiente representación:  



Foto: Julianna

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Aquí, la división de ambos peces en su unión con el torso femenino está especialmente acentuada dejando visible la parte central del cuerpo donde se exhibe la forma de la escalera, aludiendo a ese canal que enlaza el mundo oculto o inferior y el visible o superior.
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Asimismo la corona trilobada que ostenta la sirena apuntando al ámbito celeste, es análoga a la tiara de peces en el enkolpión mariano y a la diadema de estrellas de la sirena del templo de Galligans.
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Y es precisamente en este mismo templo de Galligans -esta vez en su claustro-, que de nuevo encontramos otra sirena que nos llena de asombro, tanto por la belleza de su composición como por el sutil mensaje alquímico que engloba:

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Tras la primera impresión no parece haber duda que se trata de una habitual sirena de dos colas, pero si observamos un poco mejor, advertimos que en realidad las líneas ovaladas que adornan el inicio de las colas, son los ojos de los dos peces, que unidos en la boca marcan el punto de encuentro desde donde emerge el cilíndrico torso humano. Es el atanor donde se gestará el misterio inconcebible que dará paso al nacimiento del Niño Luminoso.



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También Lambsprinck, como buen filósofo en el arte hermético, nos lo indica en su “Pequeño tratado sobre la Piedra Filosofal” : “…los filósofos dicen comúnmente que hay dos peces en nuestra mar, los dos, en verdad, sin carne ni espinas son cocidos en el agua que les es propia. Entonces saldrá de ellos la gran Mar (o gran obra, es decir, el primer embrión de nuestra piedra que llegará a ser azufre perfecto) que ningún hombre puede describir. He aquí lo que por esto entienden los filósofos: Se encuentran dos peces, pero los dos no son sino uno, dos, sin embargo, y, no obstante uno solo.”



Foto: Kiedrich, Rheingau, Germany

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Es por ello que encontramos frecuentemente la sirena de dos colas indicando entre firmeza esa perfecta simetría, con los mismos elementos a uno y a otro lado, sugiriendo el equilibrio, esa vía recta, el camino del medio.

La idea del “camino del medio” entre las dos variables naturalezas se suele encontrar desde tiempos antiguos bajo apariencias más esquemáticas.



Foto: iespaña.es

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Un ejemplo que nos resultará más familiar de dicha intención, lo tenemos en las catacumbas de los cristianos, cuyo esbozo intercambia la figura de nuestra sirena erguida por un áncora.
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Hay quienes ven la relación en algunas citas bíblicas que hacen mención a este objeto como alegoría de la esperanza:
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"...los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza que tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma..." (Hb 6, 18-19).

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Hoy en día el ancla es un signo que sigue persistiendo, pues su imagen sigue siendo utilizada en heráldica y en áreas eclesiásticas, aunque lamentablemente valorado bajo un pequeño aspecto de su auténtico significado:
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Es fácilmente reconocible la semejanza sintética del ancla con la sirena bífida.



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Pero el ancla visualizada como la esperanza del buen cristiano en la llegada a buen “puerto”, no solamente es eso.
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En realidad, el ancla también es asociada a la misma alma y la fuerza de su símbolo radica en su resistencia. Su imagen nos muestra que el ancla es firme e inalterable, tal como debe mantenerse el alma ante la fluctuación de las dos vías (peces).
Toledo. Iglesia de San Cipriano.
No obstante, siempre nos sorprenderá encontrar un símbolo náutico en la fachada de una iglesia, y más en una ciudad sin puerto ni mar.
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Y es que el áncora, ya sea como signo de la esperanza o concebida como resonancia del alma humana, va aún más allá, pues ancla y Virgen comparten el mismo significado y es en las representaciones de muchas iglesias que su iconología así lo demuestra.

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Ingenuamente esquematizada aparece en la portalada de San Millán de Almendres (Burgos) el concepto del ancla-virgen.
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El personaje central -con insinuada aureola sobre su cabeza-, controla y estabiliza las dos fuerzas invisibles simbolizadas por dos largos peces que emergen del abismo para equilibrarse con el tronco central, que inamovible, las contiene tras su manifestación.

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Otro ejemplo con una bella composición lo encontramos en el tímpano del Santuario de la Virgen del Mar (Almería). Dos delfines, mercurio doble, presencian surgir entre las olas de la mar, inhiesta, a una virgen negra que porta un niño.
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Su simbología nos traslada a la manifestación de lo oculto, a la Venus hermafrodita que encierra la virtud fermentativa, a la sustancia húmeda, espíritu universal del mundo. El Alma Mundi.
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Virgen de la Esperanza en Blanes (Barcelona)
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Más actual y posiblemente renovada, la Virgen de la Esperanza en sigue guardando los principales atributos que la identifican como receptáculo del conocimiento hermético: sobre su cabeza el signo astral por excelencia, las doce estrellas o cinturón zodiacal y bajo sus pies se ha ubicado el ancla para argumentar el contacto y dominio de la Virgen sobre las aguas profundas y subterráneas, fuente y raíz de toda manifestación de vida.
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La posición equilibrada de sus brazos nos remite a las imágenes anteriormente expuestas, la Madre Santa que abarca toda manifestación.
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Y así es como el Ancla en su significado más encubierto esta vinculada a la Santísima Virgen, y en concreto, bajo su expresión de Virgen de la Esperanza o mejor entendido: de la “buena esperanza”.




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Una Virgen que es la heredera legítima de la mujer vestida de Sol de Ap.12, que con la luna a sus pies y coronada con doce astros evoca ese principio de conexión entre el mundo de lo oculto y la manifestación visible.
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La Mujer que en la angustia de dar a luz protagoniza la escena más misteriosa y comentada del Apocalipsis, el secreto más fuerte que la razón no puede descubrir.


VIRGO PARITURA
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Es la Virgo paritura. El principio femenino fecundo por sí mismo, signo inequívoco del más auténtico origen de la vida, la madre cósmica desde donde la vida brota de su propio impulso creador.
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Es la fuerza innata y eterna, que evoluciona con clara comprensión y aceptación de su cambio: el Alma Mundi arcaica y gestante.






Tanto Solve como Coagula son operaciones que están "a mano" de esa sirena, de ese cuerpo mixto de pez y virgen que actúa de conexión entre las dos naturalezas. 
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Solve y Coagula no es más, en esencia, que la misma operación. Un flujo de continuo y eterno ciclo entre las dos naturalezas, la sutil y la material. Por ello, estas dos operaciones son representadas iguales, con la misma figura en equilibrio, en ambos extremos de los brazos de la simbólica balanza.
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Y es en la conjugación de esos conceptos, en el centro, punto de unión entre las naturalezas (Fijo y Volátil) y entre operaciones (Solve y de Coagula), donde se fragua la mágica excepcionalidad de la generación del Ser, el concepto al que llamamos generación de vida, de forma o de universo. Tal vez, en ese centro del atanor, se gesta la Sal, fruto de la fusión de las dos eternas naturalezas duales.
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Foto: Dr. Jesús Oliver Bon-Joch
Y donde lo dicho hasta ahora ha sido compendiado con todo lujo de detalles es en esta excepcional figura que encontramos en el Palacio Comunal de Pola (Croacia). Nosotros la definimos como el “eslabón perdido” y en ella vemos como confluyen las características de representaciones anteriormente mostradas:
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Erguida sobre su cola acuosa fundamenta una columna perfecta que concluye en la corona de tres picas que ciñe su cabeza, he aquí, la "Columna Coronada". En cuanto los peces sujetados se testimonian perfectamente en las aletas y colas de sus cuerpos, los que, uniéndose a la sirena confluyen en el punto donde sobresale el manifiesto abombamiento gestante.
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En esta imagen de forma muy explicita se condensa todo el itinerario de lo anteriormente expuesto y como un objetivo visual cumple su cometido, la sirena como paradigma del cuerpo mixto se muestra como símbolo de esa escala que une la zona abismal con la superior, a la vez que se revela como el único recipiente apropiado para abarcar y contener a las dos fuerzas antagónicas, cuya unificación precipitará el estado de “buena esperanza” el embrión del Niño Luminoso o Piedra Filosofal por medio del cual conoceremos la ciencia de la regeneración física y completa del hombre. 






He ahí el canto de la sirena, capaz de iniciar en los misterios a quién es capaz de escuchar y no sucumbir!!.



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ENLACES:

*  FORO ROMANICO:El canto de la sirena

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Nada de nada

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Nihil Novi

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En una reciente conversación de sobremesa, nos plantearon lo intrascendentes que son las consecuciones del ego humano. La absurda vanagloria que suelen arrastrar estos presuntos logros nos impiden vivir con la llaneza necesaria para llegar al profundo conocimiento de nosotros mismos.

La consideración de que, al final, todo aquello a lo que nuestra personalidad da importancia en esta vida desaparecerá y la cuestión de qué es lo que realmente quedará, solemos planteárnosla al enfrentarnos con algún “memento mori”, ya sea en carne propia o en la de un ser conocido o querido.
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Y así como Hamlet se lo planteaba mientras sostenia el cráneo del que anteriormente había sido el bufón de la corte, la mayoría de nosotros también solemos esbozarlo al pasar por un camposanto y, especialmente, cuando topamos con alguna lápida como ésta:

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HIC IACIT PVLVIS+ CINIS+ NIHIL+
(Aquí yace polvo, cenizas, nada)
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Breves palabras que aluden a lo efimero de la vida, a la desintegración de la materia y a la ausencia de identidad.
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Cavilando sobre ello, recordamos que en la iglesia románica de San Pedro en Grado del Pico (Segovia) -templo que posee unos de los más delicados rurales esculpidos-, nos topamos, a saber por qué irónico azar, con algo que debería recordarnos lo que realmente somos.

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Según parece, al igual que la mayoría de las restantes edificaciones románicas, el aspecto original del templo ha sido modificado con el paso del tiempo. Sólo tenemos que observar la parte inferior del muro para comprobar que en los siglos posteriores a su levantamiento la pared ha sido perfectamente “reparada”, y para ello –como era lo habitual-, se reutilizaron sillares o losas procedentes de otras estructuras cercanas.

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Posiblemente, uno de estos lo tenemos en el pequeño bloque recortado que se encuentra en el linde derecho de la puerta y que deja bien visible la inscripción NIHIL (NIIL), palabra que por ella misma nos recuerda lo que somos sin la benevolencia del creador. Nada.

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Sin duda, la sincopada NIIL de Grado del Pico será un "nihil" nominal, pero probablemente no del paso de "alguien” en pos de algo, sino de la incertidumbre de la “nada”.

Aunque seguramente nada nuevo descubramos, porque como repite la sabia frase del Eclesiastés reiterada en todas épocas desde el medievo: NIL NOVUM SUB SOLE.-"Nada nuevo hay bajo el sol"-.


Vanidad de vanidades. ...NJIL, nada de nada.


Salud y románico

EL NIDO DE AGUILAS. Albanchez de Mágina

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Albanchez de Mágina -Jaén-
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Según dicen, en la provincia de Jaén se encuentra la mayor concentración de castillos por kilómetro cuadrado de nuestro país, y ya no sólo de la Península Ibérica, sino también de Europa.
Uno de estos -el castillo de Albanchez-, de origen árabe s. IX, resiste desde su atalaya el paso del tiempo con altiva solemnidad.
A lo largo de toda la época medieval, este fortín perteneció a diversos señores, árabes y cristianos, y siempre codiciado por su estratégica posición.
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Emplazado en Sierra Mágina -paraje montañoso que formaba una gran barrera natural entre los reinos de Castilla y Granada-, el castillo dominó los pasos de Almadén y Mágina, hasta 1492, cuando terminó su carácter fronterizo al conquistar los cristianos la capital del último reino de Al- Andalus.
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Debido a que su labor era de vigilancia, el castillo albergaba a una pequeña guarnición -posiblemente tan sólo dos o tres hombres-, por lo que no necesitaba disponer de mucha superficie habitable.
Constaba de un álcazar con dos núcleos de manpostería y un pequeño patio de armas desde donde se entraba en el primer torreón, que tiene en su planta baja el aljibe para garantizar el abastecimiento de agua en el castillo.
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Para subir a dicho torreón debemos acceder por una estrecha y dificultosa rendija. Lo más probable es que en aquel entonces, el paso a esa planta se realizaba con una escalera móvil, de madera o cuerdas, de forma que una vez retirada se impedía el acceso a los torreones.
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Las escalinatas que llevan del pueblo al castillo son recientes, y hasta hace relativamente poco, la misma subida era una auténtica epopeya, como recogió el escrito de D. Mariano de la Paz Gómez y Rodríguez (Rv.D.Lope de Sosa 1920):“...admiramos la abnegación de los hombres y su valor al encerarse en aquel nido de águilas casi inaccesible y que al acercarse una tropa enemiga tal vez no tendrían más esperanza que la de morir matando”.
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Escenario también de las luchas por el poder entre caballeros cristianos, en éste castillo se mezcla historia y leyenda como la de la conjura del viernes Santo:

"En 1460 un grupo de caballeros de la ciudad de Úbeda, enemigos de D. Luís de la Cueva Comendador de la Orden de Santiago y propietario de varios castillos -entre ellos el de Albanchez-, intentaron apoderarse de esas fortalezas. La leyenda cuenta que D. Luís, a pesar de ser un muchacho de quince años, hizo fracasar el plan atacando y dando muerte a los traidores con su primera espada regalo de cumpleaños."(Informativos de La Junta de Andalucía) .
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Sea lo que fuera lo que haya presenciado este silencioso vigilante medieval, hoy en día lo encontramos orgulloso y altivo, testigo privilegiado de la exquisita belleza del Parque Natural de Sierra Mágina, alzándose sobre el municipio de Albanchez como si fuera una entidad mágica que guarda y ampara los corazones de los habitantes del lugar..


Más sobre ello en: http://foros.hispavista.com/foro-blogs-del-romanico--desiderata-/42664/966026/m/i-magina-la-magiaalbanchez/

Salud y románico. ALBANCHEZ DE MAGINA- ALBANCHEZ DE UBEDA

enROCados

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" A Jan, ese fragmentalio amigo
que con su arte virtual nos tiene en constante jaque ”





En la historia de las civilizaciones, los juegos han sido, originariamente, cosa muy distinta a una simple distracción profana, y el ajedrez, en concreto, uno de aquellos en que los vestigios de carácter sagrado originario han permanecido con mayor fuerza.

Sin embargo, el término "ajedrezado", de ajedrez, o "taqueado", por tacos, es utilizado en diversas disciplinas. Referido a pavimentos, ya aparece en ruinas de Cástulo (Linares) y se consigue con guijarros de ríos, pequeños y homogéneos, de color blanco y grisáceo. Así mismo se utiliza como recurso en pintura mural y en heráldica, donde un Cuartel ajedrezado o dividido es símbolo de batalla, estrategia, nobleza, generosidad, autoridad y constancia en el valor.

En arquitectura, el ajedrezado es un motivo decorativo de tipo geométrico. Nos referimos a él cuando nos encontramos en las arquivoltas, cornisas o algún otro elemento de los templos esos típicos ornamentos que nos recuerdan al tablero de ajedrez.




La disposición del taqueado, en bandas rectilíneas, alternativamente, rebajado y resaltado, podría responder, en su aspecto simbólico, a la yuxtaposición del blanco y el negro, representando la luz y las tinieblas, el día y la noche; es decir, todos los pares de opuestos o de complementarios.

Sabemos que en su origen, los colores antagónicos del tablero eran el blanco y el rojo, aunque posteriormente éste ultimo acabó siendo desplazado por el color negro.

En todo caso y dentro de su significado sagrado, el ajedrezado es una muestra testimonial de la dualidad inactiva, que sólo es activada -en el caso del juego-, con la participación de un tercer elemento: el raciocinio actuando bajo una ley, la estrategia, el lugar de unión entre el instinto profano y la sacra intuición.





En la Edad Media, y desde su introducción en occidente por los árabes, el ajedrez era uno de los entretenimientos cortesanos más en boga, y aunque el juego en sí mismo ya había ido evolucionando desde entonces, seguía poseyendo un claro referente bélico.

De alguna forma podríamos relacionar el tablero y sus piezas como un reflejo del entorno social de las gentes y su lucha cotidiana por la vida.

En el campo de la ideología política, este juego dejaba traslucir el mensaje del concepto de realeza que coincidía con su proyecto político: Así, el rey, encarnaría el jefe militar "sennor de la hueste"; los caballos, seríann " los cavalleros puestos por cabdiellos por mandato del Rey para ordenar las azes de la hueste"; los roques, "los carros de guerra" y los alfiles, "elefantes que solíen los Reyes levar en batallas". Mientras que para el hombre de a pie medieval, el ajedrez encerraba todo un microcosmos de su sociedad, en la cual podía intervenir, como un dios, disponiendo el destino de los humanos.

Durante esos siglos, los vestigios de carácter sagrado que el ajedrez poseía se mantuvieron vivos. Su carácter secreto y atractivo, hasta adictivo, favoreció su popularidad y dejó de ser exclusivo de unos pocos eruditos que ejercitaban sus mentes para extrapolar el uso de estrategias.

Parece ser que en ocasiones se utilizaban partidas de ajedrez como justas entre caballeros. De hecho, hay una historia anterior a la época románica que refiere que Carlomagno por poco pierde el reino y su cabeza, debido a un torneo-partida de ajedrez en la que resultó vencido:



Carlomagno tenía un paladín a su servicio llamado Garín. Tal fue el valor que este demostró que se ganó la admiración de los caballeros y el amor de las damas. Entre ellas la mismísima Emperatriz.
Al enterarse de ello, Carlomagno lo llamó y le propuso lo siguiente: "Juguemos una partida de ajedrez, pero con estas reglas: si ganas, te haré entrega de todos mis reinos y posesiones así como de mi propia mujer. Si gano, pagarás con tu vida la derrota".
Garín se vio forzado a aceptar, pero lo que Carlomagno no sabía era que su rival era un fenomenal jugador de ajedrez. Tras una dura lucha de ataques y contraataques Garin logró el jaque mate. Dicen que Carlomagno se desplomó entre lágrimas al verse derrotado, no se sabe si por la congoja de perderlo todo o por la rabia de no poder batir a su oponente.
Garin demostró ser mucho más prudente y sabio que el propio rey. Perdonó la justa y solicitó a cambio la devolución del castillo que anteriormente le habían arrebatado. Y allí se trasladó, lejos de las conspiraciones imperiales.

Sea como fuere, acrecentado por su pasado “pagano” y por las fuertes apuestas que iban asociadas a las partidas, este juego acabó siendo condenado por la iglesia en el Concilio de París en 1212. También el rey San Luís lo prohíbe en una ordenanza de 1254, pues veía en ello una invención diabólica. Realmente, el ajedrez, podría encerrar a la larga, un potencial de crecimiento cultural del pueblo llano, cosa que siempre pone en peligro el control sobre las masas.
“Juegos diversos de axedrez, dados, y tablas con sus explicaciones, ordenados por mandado del rey don Alonso el Sabio”

Y en cuanto a la propia congregación eclesiástica, aparecen códices ilustrados donde se muestran monjes –como en este caso, templarios- participando en una partida de ajedrez.

Sin embargo, esa persecución por parte de la iglesia, no consiguió frenar que el juego continuara extendiéndose por Europa y que lo siguiesen practicando nobles y monjes cristianos. Ejemplo de ello nos lo da Alfonso X, pues de su reinado es el libro más antiguo sobre el ajedrez que nos ha llegado:

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..............http://www.romanicocatalan.com/02f-Otros/Francia/Sant%20Hilari/Santhilari.htm


La presencia de este tablero grabado sobre el basamento del claustro en la Abadia de Sant Hilari (Rosellón), no deja de ser asombrosa, pues las reglas de San Benito no contemplaban ningún momento de la jornada de los monjes para una distracción de este género.


**** EL ROC ****




Hablábamos antes sobre la presencia del escaqueado en heráldica, un elemento que, adoptado por una familia de la nobleza, podría insinuar un firme o innato compromiso de combate.


La usanza de este motivo aparece en un gran número de blasones de condición noble, pero de todos ellos, hay uno que nos llama poderosamente la atención. Es el escudo de los Rocabertí, un linaje surgido de las nebulosas de la época carolingia (Dr. Santiago Sobrequés y Vidal- ,Rv.Gerona, n 62) y que, según parece, tuvo una representación muy importante y destacada en el ámbito militar, jurídico y religioso, desde el siglo X en pleno período medieval hasta bien entrado el siglo XVII.

Dicho escudo con taqueado que conserva el color original de las piezas árabes, rojo y blanco, ostenta en su interior, un signo que desde algunos siglos antes ya venia perpetuándose, algunas veces en forma de marca lapidaria y algunas otras formando parte de un emblema con clara intencionalidad identificativa.


Esta marca corresponde a una de las piezas del ajedrez: el roque o también conocida popularmente como la torre.


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En sus inicios, la casta de los Rocabertí habitó en el condado del Rosellón, lugar donde se ubica el monasterio de Sant Martí del Canigó s.XII, y de donde proceden los anteriores capiteles, que muestran un pequeño escudo con la grafía del Roc, signo de reconocimiento adoptado por la mencionada dinastía y que manifiesta su presencia y participación en el templo en cuestión.


El término persa Rukh (Roc) denominado para la torre del ajedrez, es lo que determinó que apellidos con el apelativo “roc” adquirieran dicha pieza como emblema.



Otra de esas influyentes familias fueron los Rocafort, que también colaboraron con fuertes donaciones para su perpetuo recuerdo, y en el claustro románico del monasterio de Sant Benet del Bages (Barcelona) hay constancia de ello.


....Escudo de los Requesens (La Seu Vella de Lleida. sXIII-XIV)

Blasón de los Rocabertí en el monasterio de Santa Maria de Vilabertrán (Girona) s. XIV-XV


Vemos que desde sus orígenes la familia Rocabertí ha mantenido el roc como el emblema primordial de su apellido.


Esta observación amparada por la escasísima presencia de dichas marcas en los sillares románicos frente a la gran cantidad de otras distintas que se repiten por doquier, nos induce a pensar que el roc no se trata de una marca de cantero entendida como tal, sino que se trata de una señal de identidad. La “firma” identificativa de la presencia del poder fáctico de una saga.

 


Atendiendo a las razones expuestas, resultaría plausible entender la aparición en el templo de Santa María de Biota de esta "heráldica en pañales", que en su portalada oeste -la principal entrada de la iglesia hacia el altar-, tiene en sus cuatro archivoltas sillares marcados con éste distintivo.


Y no en vano, hay constancia que hasta entrado el siglo XVII, miembros de dicha rama familiar con el apellido Rocabertí, seguian ostentando entre otros muchos, el título del vizcondado de Biota.(Partida sacramental. Archivo parroquial de San Gil, Abad de Zaragoza. Tomo III f 128v.).




Salud y románico

El "caganer" románico

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.En estas fechas actuales, estamos inmersos en un ambiente jocoso donde se preparan esas comilonas cuya finalidad es afianzar los lazos fraternales o familiares.

Curiosamente, y como en cualquier otro ágape colectivo, la ingestión de este alimento festivo es una acción formal que con agrado y solemnidad es aceptada en público. En contra, y una vez pasado por nuestro estómago, la expulsión de dicho manjar se vuelve un rito solitario, íntimo y estrictamente privado.
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Es chocante, que siendo éste el primer acto que por nosotros mismos nos permite “crear” algo tangible, intentemos siempre eludir el hablar de esta acción, ya que solemos percibir en ello algo vulgar, grosero y poco respetuoso.
Quizá por ello, las representaciones artísticas de personajes expeliendo de su cuerpo esa materia grosera son prácticamente inexistentes, al menos abiertamente.
Pero, …siempre ha sido así?

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*Et in pesebre, ego
Desde los inicios de la tradición pesebrista y junto a ese escenario donde evocamos el nacimiento del niño Dios, aparece un elemento destacado e imprescindible en todo belén catalán que se precie: la sorprendente figurita de un individuo que agachado y con las nalgas al descubierto, satisface imperturbable sus necesidades fisiológicas al aire libre, el caganer.
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Lo que primera vista podría parecer una irreverencia hacia una creencia religiosa, no es así.
La figurita -por otro lado aceptada por la iglesia- nos remite a la labor de estercolar la tierra, para que se convierta en fecunda y asegure el renacimiento para el próximo año. Todo ello con la salud y la tranquilidad de cuerpo y alma que nos aporta la acción realizada.

En el caganer, asistimos a un liberamiento consecuente de la palabra y el gesto, un guiño familiar que pretende despejar el terreno con miras a crear una nueva sociedad, audaz, lúcida y humana. No es una obscenidad de los tiempos modernos, sino una parte real y orgánica de un mundo amplio y complejo. Y sólo puede aparecer como una broma grosera cuando es separada de este contexto o interpretada en función de los nuevos tiempos.

Mucho se ha especulado sobre el simbolismo de dicho personaje. Vayan aquí unas cuantas frases que nos ilustran sobre tan curiosa tradición:
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*“El caganer simboliza una indiferencia cósmica que contrasta con la motivación espiritual por el misterio más grande de la humanidad, el nacimiento del redentor”. (Xavier Fàbregas)
* “El caganer se identifica con el carácter catalán, ya que, a pesar de los trascendentales acontecimientos que ocurren en aquellos momentos, el personaje no pierde el tiempo y se dedica a ahorrar en abonos” (Joan de Deu Domènech).
*"La figura del caganer realiza con su deposición una labor previa a la venida del Redentor a la tierra, purificándola de la chusma de los dioses paganos"(J.M.Puig i Roca).
*La figura del caganer está relacionada con las grandes fiestas y comidas paganas con las que se celebraba el solsticio de invierno, y es la personificación de los excesos cometidos”. (Isidre Vallès).
*“El caganer hace en el modelo microsocial del belén doméstico lo mismo que muchísimos catalanes: rendir culto a las cosas santas a la vez que gastan gran parte de su tiempo cagándose en ellas”. (Manel Delgado).
*“El caganer era el personaje más travieso y más inadaptado en el paisaje idílico del belén, era “el otro”, con todas las consecuencias y como “otro” era aceptado, en prueba de liberalidad, siempre que no pretendiese ocupar un primer plano. El caganer representaba el revientafiestas que todos llevamos dentro ”. (Agustí Pons)..


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Sea como sea, es algo que nos recuerda lo fundamental, todos somos iguales ante Dios, pues "caga el Rey, caga el Papa y de cagar, nadie se escapa"
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..Feliz comida y feliz....

........................Navidad

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Afrodita versus Sant Pere

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"¿Es el lugar el que santifica al hombre o es el hombre el que santifica el lugar?”

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Hace tiempo un apreciado amigo me cuestionó esa misma pregunta. Al final no acabamos de aclarar bien la respuesta puesto que es algo complejo y sería imprudente afirmar una u otra cosa.
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Pero ahora pensando en ello he recordado cierto lugar, y no creo equivocarme si en este artículo van enlazados los tres, él, la pregunta y el lugar.





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Sant Pere de Rodes es un antiguo monasterio benedictino que esta situado en uno de los parajes más remarcables de la zona pirenaica, un lugar diriamos mágico, en lo alto del cabo de Creus. El lugar donde según unos nace o según otros muere el Pirineo.

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La originalidad arquitectónica del monasterio lo convierte en un edificio único en el mundo medieval. El peculiar Opus Spicatum aparece prácticamente en la totalidad de la nave y posee una cripta anular bajo el presbiterio que merece la consideración de lugar sacratísimo.

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Curiosamente la arquitectura y la decoración de los capiteles de la iglesia muestran unas profundas afinidades con las construcciones de la época romana.
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Parece ser que los orígenes de este cenobio se pierden en la leyenda y en el tiempo.

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Existen opiniones de reconocidos historiadores que creen que se levantó sobre el antiguo templo de Afrodita Pirenne, un templo que es conocido en las narraciones de los viajes que durante el s. III-IV realizaron eruditos de la época y que lo mencionaban situado en Pyrene prominentems verticem, así como en un mapa del astrónomo y geógrafo Ptolomeo (86-161 d.C) donde en el extremo de los Pirineos había señalado el templo de Venus.

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Estas hipótesis parecen reforzarse al haberse encontrado restos arqueológicos de un edificio tardoantiguo cuyos fundamentos sobrepasan los actuales construidos, así como multitud de restos de esculturas paganas encontrados en el entorno, algunas de ellas reutilizadas por los nuevos pobladores que esculpían sus motivos religiosos en las mismas piedras.
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Quizá aquí puede haber la explicación de los capiteles corintios que se encuentran en la nave central y que ya algun historiador ha datado de la época helenística.
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También hay quién sostiene que el templo de Venus se encontraba en la cima de la montaña de Verdeta, lugar inmediato al monasterio donde sopla con fuerza la tramontana.
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Es desde allí donde podremos observar un espectáculo evidentemente inspirador, la bahía se adentra en la tierra como el plateado útero de la diosa del mar.
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(Clicar en la imagen para ampliar visión del "útero" de mar).
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No en vano, Venus, nacida de la espuma, surgió del mar.
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“¿Es el lugar el que santifica al hombre o es el hombre el que santifica el lugar?” (Ibn ‘Arabí)
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Arpías, arpíos y demás molestias

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Las Harpías, eran demonios femeninos de la mitología griega, visualizadas como seres horribles, monstruos alados con cabeza y pecho de mujer vieja, en cuyo cuerpo albergaban alas y amenazantes garras de presa. Siempre estaban rabiosas y emanaban unos repugnantes y asquerosos efluvios, siendo capaces de corromper todos aquellos alimentos que tocaban.

Su nombre en griego puede traducirse como las que "arrebatan", pues por imperativo divino se dedicaban a amargar la existencia a cierto rey tracio que podía descubrir el futuro a los hombres, motivo por el cual los dioses le privaron de la vista permitiendo que las Harpías le quitasen la comida, dejándole sus excrementos en su lugar, por lo cual el desventurado Fineo siempre estaba hambriento. Finalmente Jasón y sus argonautas, valiéndose de la astucia, consiguieron alejarlas.
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Eneas, también en su periplo hasta tierra del rey Latino (en la desembocadura del Tíber), donde había llegado para fundar Alba Longa, visitó la islas de las arpías y recibió la maldición de Celemo, la más perversa de todas, junto con Ocípete, la más furiosa. Tenían hambre insaciable pero al tocar los alimentos los corrompían por lo que se alimentaban de excrementos, vamos, de “mierda”.
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Para Virgilio, serían aves con rostros femenino, garra encorvadas y vientre inmundo, demacradas por un hambre feroz que no consiguen satisfacer. Invulnerables y fétidas, todo lo devoran, emitiendo chillidos desagradables, y todo lo transforman en excrementos.
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k
Después, esa figura se sincretizaría en la actual abubilla, “totovía” o comemierdas (que así la llaman), pues pese a ser venerada en el Antiguo Egipto por anunciar la llegada del Viento Ethesio, que retiraba el agua del Nilo, se alimentaban de los gusanos del cieno o tarquina. Isidoro de Sevilla en sus etimologías, dice de la abubilla ser un ave repugnante, que le gusta vivir cerca de las tumbas y los excrementos.


F

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En el románico, por lo general, las Arpías simbolizan las bajas pasiones y el dolor producido por los remordimientos o sentimiento de culpa subsiguiente a la satisfacción de los vicios.
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Solo Bóreas, el viento del norte, las puede ahuyentar, pues la violencia de su gélico aliento es una clara alusión al fortalecedor soplo del Espíritu.
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Pero en definitiva, lo que las arpías personificaban en su momento, es la representación mítica de las condiciones meterologicas -la tormenta o ventolera- adversas para el mundo de la navegación antigua.
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Será quizá debido a esa relación con la advesa ventolera, que actualmente, nuestro concepto de arpía se asocia entre otros, a mujeres psicológicamente inestables, y que, a semejanza de las mitológicas, pretenden actuar como esperpentos abalanzándose sobre sus presas sin motivo, mientras lanzan gritos histéricos e incomprensibles, cosa que suele poner en duda su cordura.
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Y en el caso de un arpío..., pues exactamente lo mismo, pero con barba.


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Salud y románico

LUCIFER en el románico

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Si por un lado las autoridades de la Iglesia se esforzaron en hacer desaparecer las creencias y prácticas que no tenían cabida en la nueva mentalidad que estaban forjando, por otro, muchas veces tuvieron que transigir con tradiciones demasiado arraigadas y llegar a un compromiso.

De modo parecido, en la mitología cristiana, que sería la base de la simbología del Arte Románico, formada por las dos tradiciones iniciales que la componen, se añadieron las de los pueblos invasores y las locales. Y en el concepto del maligno, como personaje mítico, tenemos un claro ejemplo de ello.

Del neoplatonismo provendrían las reflexiones sobre la naturaleza de los daimones, mientras que tempranos escritores cristianos darían popularidad a ciertos relatos apócrifos sobre la caída de los ángeles, su apareamiento con mujeres de la tierra y engendradores de la raza de los “gigantes” que la desbastaron y cuyos espíritus demoníacos siguen produciendo el pecado y la miseria. Agustin de Hipona escribió ya entonces, el tratadoDe divinatanione daemonum,donde por primera vez trata sobre los pactos con el diablo, que tanto dio que hablar en la cultura popular y oficial cristiana.

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Así pues, gracias a las disquisiciones mítico-teológicas de los eruditos, la cultura popular acabó imaginando al demonio de forma grotesca, casi ridícula, con patas de cabra, con cuernos y con cola. Como la figura de un hombre medio animal que parecía haber escapado de una reunión de misterios dionisiacos, de un adepto persistente del paganismo pecaminoso y alegre.

Evidentemente, los autores y comitentes eclesiásticos no se preocuparon demasiado en desmentir este tipo de representaciones porque, al fin y al cabo, el mensaje conseguía que los antiguos dioses paganos quedaran identificados con dicho concepto, eliminando de ese modo cualquier posible devoción que pudiera arraigar o existir.

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La iconografía románica refleja, pues, esa visión popular. Y junto a ello, nos encontramos una gran variedad de nombres asociados al maligno, y de todos ellos, el más popularmente conocido es Lucifer.


Pero…por qué y desde cuando es así? :


* Satán, no es Lucifer, sino la expresión inquisidora y tentadora de la vida. Lo veremos reproducido en el arte románico tentando al Hijo de Dios y contraponiéndose al pesaje de almas que realiza el lugarteniente angelical Michael.

* Tampoco Belzebúl es Lucifer, ni tampoco Belial. Ellos son la expresión herética del mensaje judeo-cristiano frente a los dioses paganos, pues no en vano alude a la costumbre de ofrecer sacrificios cruentos a Baal (Beel), identificados con la corrupción y con el enjambre de insectos que sus restos conciliaban en torno al sacrificado, por lo que son conocidos también como "el señor de las moscas".

* Leviatán, la bestia del abismo o el antiguo Dragón, sería rescatado por el arte románico de las mitologías fenicia, babilónica y egipcia como monstruo primigenio del Caos Primitivo para encarnar la resistencia de poder del Mal frente a Dios, sirviendo como representación simbólica de todos los diablos y representado como la puerta del infierno. Pero tampoco él, es Lucifer.

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**LUCIFER*

El nombre de Lucifer tiene un significado tan enigmático, como el del Portador de la Luz.

Hasta finales del siglo IV, Lucifer era un nombre propio, aceptado y utilizado por los cristianos. La primera vez que este nombre aparece mencionado en la Biblia, fue por obra de San Jerónimo, traductor de la Vulgata.

Según parece, tras sus fuertes desavenencias conceptuales con el Obispo Lucifer, no dudó en corresponderlo insertando su nombre en un pasaje de Isaias (14,12). En dicho pasaje, la palabra luceroquedó intercambiada por lucifer.: "Quomodo cecidisti de caelo, lucifer, filiaurorae?!“.

Una alegoría perfecta para el Obispo Lucifer, alguien que, estando en plena madurez de fuerza y habilidades, acabo siendo desterrado debido a su intolerante severidad e incapacidad de tener tacto.

Las malas interpretaciones posteriores y la fuerza innata que el propio nombre conlleva, propiciaron que Luciferse volviera un sobrenombre para el “rey” de los diablos y, paradójicamente, todo ello a causa de la discordia entre dos eclesiásticos cristianos.


Pero la gran verdad, es que en latín el nombre de Lucifer se le adjudicaba al planeta Venus cuando se eleva por el hemisferio como estrella matutina; apareciendo como la más brillante del firmamento. Anunciadora de la llegada de un nuevo día y por ende, precursora de un astro más brillante que ella, el cuál, con su calor nos da la vida, el sol.

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Conocida su simbología -con todo lo que ello conlleva-, por ciertos iniciados, gente instruida y preocupada por el cultivo espiritual, siempre queda en algún lugar constancia de este discernimiento.

Ejemplo de ello, lo hemos encontrado en esta lápida incrustada en una de las arcadas del claustro de la catedral de Roda de Isabena donde, que junto a la memoria de Raimundus, se exhibe una idea que posiblemente el difunto compartía.

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El ciclo de esta vida, nuestra vida, es como Lucifer, el lucero del alba, que se eleva cruzando el firmamento para convertirse en Hesperus, el lucero del atardecer, al finalizar nuestra existencia.


Una vida que no es más que el anuncio de otra más intensa y brillante que obtendremos tras la muerte, quienes por supuesto, estén preparados para ello.

Otro percusor, el Bautista, habló con palabras semejantes (Jn.3-28,30)“…Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de Él. Así pues mi labor esta cumplida, necesario es que yo mengüe para que el crezca”.

Apuntamos esta reflexión como forma de entender el nulo papel de Lucifer en el arte románico, pues no veremos sus reproducciones simbólicas sino quizá, al identificarlas con cierto aspecto de la serpiente: cuando se muestra advocadora con los primeros hombres a disfrutar de la libertad de su autodeterminación individual. Exhortando a Eva a creer y reclamar, atrevidamente, la necesidad de ello.

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* Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.(Ap.22,16), proclama Cristo en su segunda venida.


Como Dios de la libertad y el conocimiento, quizá el grito de batalla de Lucifer es uno de esperanza, así como la estrella matutina es sinónimo de esperanza en el nuevo amanecer.

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El Dragón en el románico.

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Apuntes para un símbolo:
dragon
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Concepto: Originariamente, el dragón empezó siendo concebido como una serpiente alada, a la que progresivamente se le acabaron por añadir patas. A veces, su cuerpo se asemeja más al cocodrilo. Está relacionado con el fuego, ya que una de sus cualidades es arrojar llamas por la boca. Es un animal guardián de algún recinto o tesoro.
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Origenes y evolución:

En la cultura mesopotámica de la Creación (Enuma elish) la imaginería atribuye al dragón Marduk la cualidad de hijo del dios Ea que, tras vencer a la diosa demoníaca Tiamat y recuperar las Tablas del Destino adhiriéndolas a su pecho, creó las Estrellas y los Planetas con la parte superior de su cuerpo y la Tierra con la inferior, y de sus ojos, manaron los ríos Tigres e Eúfrates.

Tambiénen la mitología griega, el dragón aparece como hijo de un dios. Esta vez, como una enorme serpiente con tres lenguas y triple hilera de dientes. Su padre era Ares y su misión consistía en custodiar una fuente consagrada al dios ( no en vano la raíz griega de su nombre, dercein, viendo), y al que Cadmo, hijo de Agenor , hermano de Fineo – el que sufriera el ataque de las Harpías- y fundador de la ciudad de Tebas, acabó dando muerte con la ayuda de Atenea.

En la mitología romana, aparecerá de nuevo en su papel de guardián enroscado en el manzano de oro que Madre Tierra había obsequiado a Hera como regalo de bodas, y cuyas manzanas hurtaban las Hespérides. Simbolismo éste que, posteriormente, sería adoptado por la medicina, como ciencia del conocimiento de los impulsos vitales.
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En el imaginario popular, el dragón era generalmente una criatura primitiva y poderosa que debía ser vencida por los dioses. Posteriormente, héroes y antepasados asumen el papel de dragón.

Es, quizá, en las Escrituras, donde por vez primera se produce la asociación del dragón al diablo. Tanto en el Libro de Isaías (27,1) como en el de Daniel (14,23-27) aparece la figura del dragón adorado como un dios en contraposición a Yahvé. El Apocalipsis está lleno de bestias infernales serpentiformes. En el Capítulo 20, 2 el ángel que tiene la llave del abismo “ prendió al Dragón, la antigua serpiente, que es el Diablo, Satanás, y lo encadenó por mil años”, insistiendo, repetidamente, en la dualidad opuesta del Cordeo, el Bien, frente al Dragón, el Mal. En Ap.12,1-18 aparece el símbolo más espectacular de todo el Apocalipsis, el dragón de siete cabezas enfrentado a la mujer fecundada por sí misma, la representación del más profundo principio de la vida amenazado por la muerte, su gran enemigo destructor.

En la patrística, Arnobio escribió que “Dios creó al Dragón, creando igualmente la naturaleza del diablo, que por su mala voluntad se convirtió en dragón”. Para los Padres de la Iglesia, los dragones eran una especie de serpientes de enormes dimensiones que vivían inmersos en aguas pestilentes.

En los bestiarios, acabará por perpetuarse su imagen negativa. Así en el de Cambridge, no sólo constituye una ampliación del Fisiólogo, sino que sigue a Solino, Ambrosio y, sobretodo, a Isidoro de Sevilla, para quien el demonio sería el más enorme de todos los reptiles, como un dragón, con cresta o corona.



En el arte cristiano, el dragón aparece como símbolo del Infierno. Desde el siglo III, los emperadores cristianos se adjudicaron el honor de haber triunfado contra la idolatría y se hacían representar pisando al dragón infernal. Así, en monedas se harían representar Constancio II, Aecio, Valentiniano III y Marciano atravesando a Atila, con lanza crucífera, en forma de serpiente con cabeza humana, copia de Glykón como represalia y condena al mayor escándalo pagano de Alejandro de Abonotichos (145 a.de C). El cristianismo concibió la existencia como una dura y permanente lucha contra el Mal, y nada mejor para expresarla que el combate del guerrero y el dragón. Tanto en la Siria cristiana como en el Egipto copto, se llegó a representar así a los santos nacionales, incluso a Cristo. El tema adquirió tal importancia que, incluso, llegó a tomarse como origen de la dinastía imperial Abisinia y ya en una leyenda etíope de hace más de 3.000 años, un dragón enfurecido de la región de Eritrea que devoraba doncellas, propició el origen de un héroe, padre de Belkis, reina de Saba, que, a la postre conquistaría el corazón de Salomón y engendraría a Menelik I, primer emperador etíope.

En la hagiografía, pronto aparecerán los santos sometiendo al dragón. Entre ellos, el más famoso y difundido santo guerrero vencedor del dragón, será San Jorge. Nacido en Lidia y martirizado en Nicodemia en 303, su figura hunde raíces en el dios Horus egipcio para acabar como invención tardía del siglo XII. La versión última, sería la de Santiago Matamoros, invención del siglo XII paradigma de la ingeniería política (impulsar la Reconquista) y fiscal (instauración del impuesto llamado “voto de Santiago”).
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Mención aparte merece en el apartado hagiográfico la figura de Santa Margarita de Antioquia, quien no en vano acabaría siendo la patrona de las parteras, pues tras haber sido devorada por un dragón, por virtud de la señal de la cruz, desgarró, de arriba abajo, las entrañas del monstruo saliendo del vientre del dragón “sin haber padecido dolor alguno”, reminiscencia sincretizada de la leyenda egipcia del hidrus respecto al cocodrilo. El cocodrilo es el símbolo del infierno, y el hydrus de nuestro Señor Jesucristo.
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En alquimia y según la disciplina de las diferentes escuelas, se utiliza la representación del dragón para establecer relaciones con las diversas fases de la metamorfosis del alma. Se asocia al dragón la unión de los cuatro elementos, el fuego que escupe por la boca, el aire representado por sus alas, su larga cola inspira el elemento del agua y la tierra sus garras poderosas. Asumido el dragón como la materia prima, espera ser sometido por el buscador de la Obra que tendrá que pacificarlo con suavidad. El dragón es la fuerza que permite regenerarse y evolucionar, es la experiencia que pone en tela de juicio las ideas mentales que tienes preconcebidas.

Así pues, estemos siempre vigilantes y nunca hagamos cosquillas a un dragón dormido, porque... 

“Draco dormiens nunquam tittilandus”
 "Un dragón dormido, nunca parpadea".
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Salud y románico

Virgala Mayor. "Románico de Portada"

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San Andrés  -Birgara Goien-




Los desplazamientos turísticos casi siempre obedecen a lugares concretos, pues tras la creencia que será cierto aquello a lo que se ha dado gran publicidad queremos ver con nuestros ojos esa maravilla prometida. 

El turista románico no es una excepción, pues allí donde nos dicen que hay un “tesoro”, allí vamos todos, arriesgándonos a sufrir alguna que otra decepción al encontrar que la maravilla prometida no es tanta. Sin embargo, otras veces te sorprende encontrar maravillas allí donde no prometen nada.

Esto último es lo que nos aconteció en un caluroso día de agosto, cuando tras atravesar en pleno mediodía el círculo de montañas que la envuelve, entramos en la hondonada de Virgala Mayor, un pueblecito de Álava, en el municipio Arraia-Maeztu, donde, sin esperarlo, nos encontramos con un valioso tesoro románico.

La villa es chiquitina y encantadora, y presidiéndola en lo alto, se encuentra la iglesia parroquial de San Andrés, objetivo de nuestra visita.
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En la búsqueda de alguien que pudiera indicarnos cómo poder acceder al interior del templo, observamos en una primera y segunda ojeada al pueblo que las casas, aparentemente cerradas, no daban señales de vida. Nada ni nadie aparecían por aquellas calles porque cualquier avisto de movimiento era amenazado por un sol de justicia que nos evaporaba hasta el alma.

Pasó un buen rato, sedientos, acalorados y casi al borde de la desesperación nos preguntábamos qué mala idea nos había llevado hasta allí en aquel día infernal. Estábamos a punto de tirar la toalla cuando la clemencia llegó hasta nosotros desde una ventanita de una de las casas:

-Que quieren entrar en la iglesia? …pero de parte de quién vienen?

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Le pareció al interlocutor, que haber cruzado la península para llegar hasta allí con la esperanza de poder acceder al interior de San Andrés ya era suficiente credencial como para atreverse a desafiar al calor reinante y acompañarnos, llave en mano, a visitar la iglesia. Así conocimos a José Luís González, nuestro amable cicerone al que desde aquí le mandamos un cordial saludo.

Según nos contó José Luís, fue ante el estado de deterioro de la iglesia, que los vecinos de la villa se pusieron manos a la obra y crearon una asociación para rehabilitar el templo. Y así fue como en el primer golpe de martillo sobre el muro encalado, los vecinos ya intuyeron emocionados que lo que estaba por destapar tenía que ser sorprendente.
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Pero lo realmente sorprendente es ver los resultados:



Tras este muro ciego se escondía esta fantástica portalada, que actualmente luce espléndida junto a sus capiteles trabajados que alternan ornamentación de tallos vegetales y representaciones historiadas.
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Diriamos que aparece aquí una escena de cetrería, donde el jinete junto a su montura cede el papel principal de la historia a la rapaz que clava garras y pico en el conejo, quizá una alegoria como la aludida en el Fisiologo medieval, donde en la figura del conejo ve al hombre mortal que permanece a merced de la fuerza y la ira divina.
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Entre capitel y capitel, mirándonos de forma discreta, encontramos un personaje coronado que sujeta una cruz con su derecha y una palma de martirio con la izquierda. .

La primera suposición que inevitablemente nos hacemos es que se trate de San Andrés, santo de advocación de la iglesia, pero luego dudamos, pues San Andrés suele representarse con la cruz en aspa y también resulta extraño esa corona sobre su cabeza.
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Y no era eso todo, al entrar en el interior del templo, que estaba extraordinariamente mimado e impecable, nos aguardaba en el baptisterio el plato fuerte del día.
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Allí, delante de nosotros, lucía una espléndida pila románica que había sido recuperada después de permanecer 172 años enterrada bajo el suelo de la misma iglesia.
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Las fotos de esta excepcional pila hablan por sí mismas.

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Si hubiéramos visitado San Andrés hace una escasa década, hubiéramos comprobado que, al igual que en tantas otras parroquias, sobre la primitiva iglesia se habían ido realizado modificaciones y reparaciones en varias épocas diferentes, por lo que encontraríamos entre una mezcla de estilos, algunos restos del románico. Pero tras esta última rehabilitación, lo que encontramos en Virgala Mayor es un magnifico despliegue de "románico de portada".
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Nuestras felicitaciones a los vecinos de Virgala Mayor y a la tenacidad con la que han conseguido rescatar un patrimonio de apreciadísimo valor artístico y cultural para su pueblo.
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